no son solo una promesa, sino un juramento inquebrantable. Para alguien tan orgulloso y decidido, decirlo implica un compromiso absoluto, una muestra de su lealtad feroz y su voluntad de enfrentar cualquier obstáculo.
No es solo la búsqueda de alguien más, sino también un reflejo de su crecimiento y su forma de amar: intensa, apasionada y sin medias tintas. En su dureza hay sinceridad, y en su determinación, un deseo profundo de proteger y no volver a perder lo que realmente le importa.