Una estrellita habitaba el núcleo de la tierra, palpitando cromo y platino. Arrastrando azufre y cilantro a diestra y siniestra. El amor era ella. Pero el amor estaba clavado en la tierra. El amor era Marte. La tierra soñada. La tierra adorada. La tierra querida por quién más añoraba, la estrellita machacada
Estuve recorriendo la idea de finalizar con mis días, y más que nunca esta noche no me es una excepción. En cualquiera de los casos, y por haber; feliz Solsticio de verano, y Feliz Navidad.