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@neptun-xep  
            
              sus dedos se pasaron temblorosos por cada fibra del cabello de su irresponsable cuidador, disfrutando de ese rasgo tan llamativo que tanto le había fascinado desde el primer instante.
            
            sus sueños no se comparaban con la realidad, el cosquilleo que le generaban sus pensamientos lascivos no se comparaba con el éxtasis constante que eran esos labios celestiales en su circunferencia, cada movimiento arrancándole un gemido nuevo.
            
            himoteos que rogaban por más, una sinfonía implorante que solo necesitaba la liberación, desperdiciar su semilla fértil en la garganta de ese ser que se volvía cada vez más llamativo.
            
            ───── Je– Jessie...~ ───── soltó en un suspiro algo que venía diciendo desde ya rato, un llamado a su todo para hacerle saber lo mucho que disfrutaba del acto ilegal.
            
            su teléfono ya estaba encendido y de manera floja había comenzado a grabar, un video fascinante que tenia a Jessie como la estrella y único foco central, capturando cada movimiento, cada reacción, cada cara que pusiese, una prueba irrefutable de que lo que ocurrió esa noche no fue un sueño.
            
            pero ningun cortometraje se asemejaba a la realidad, a estarlo viviendo y gozando en sus propias carnes, a ser aquel que disfrutaba de la experiencia completa.
            
            Alexis se había sacado la lotería.
            
            

La inconformidad que en alguna ocasión presintió acerca de los desórdenes de su niño se ensució en el momento en que sus labios, decorados de verde rozaron una vez más esa vara de carne caliente. Era incapaz de reconocerse; se suponía que había sido un cuidador, un individuo que debía haber puesto límites, pero ahora todo era un caos.
            
            El sabor inicial junto a la textura provocó que su rostro se frunciera por un instante. La mezcla de esmegma y el calor no era algo que pudiera describir como placentero. A medida que su depravación aumentaba, el asco visceral se convirtió en algo erótico.
            
            La evidente falta de experiencia de Alexis lo envolvía en un disfrute prohibido, atrapado bajo su boca ocupada y su mente caótica.
            
            Finalmente su niño era todo un adulto.
            
            Su lengua trazó en círculos alrededor de la circunferencia antes de bajar de nuevo dejando un rastro de su labial esmeralda. No podía contenerse, ni siquiera cuando una parte de sí mismo decía que estaba mal. Jessie continúo gimiendo, sus sonidos se mezclaron con los temblores del chico.
            
            No era únicamente el alcohol que lo consumía ni mucho menos el hambre de tacto, era la manera en que Alexis se retorcía bajo su toque al igual que los diminutos espasmos en su abdomen cada vez que bajaba más. La intensidad lo derretía, tragando cada centímetro con la torpeza que el licor había añadido a él.
            
            La sensación del falo invadiendo su cavidad bucal combinado con el ligero sabor del labial se mezclaba con su saliva, arrancando pequeños gruñidos contra la extensión. Jessie Oceana era un desastre hermoso; tan magnífico como negligente; el verde de sus labios se transfería a la carne, reclamándola como si fuera su dulce trofeo.
            
            ── Mi—mierda… eres un maldito desastre… ── murmuró penoso, aunque no estaba seguro si se refería a Alexis o a sí mismo.
            
            @prot__alexis  

@neptun-xep  
            
            una sonrisa ida se formo en sus labios, sintiéndo que ya con un simple toque estaba completo.
            
            pero no pareció detenerse ahí, todo continuo, Jessie continúo, continuo de forma experta arrancando una sinfonía de pequeños gemidos que parecían lloriqueos de un niño pequeño, la mueca de Alexis volvió a cambiar, esta vez teniendo un toque de carga en su rostro, su pene no estaba acostumbrado a una sensación tan abrumadora.
            
            le encantaba.
            
            una de sus manos fue directo a la cabeza de su amado, tocando su magnífico cabello y acariciándolo un poco de manera temblorosa, "bien hecho" casi se le escuchaba decir, como si fuese una compensación a algo que Jessie hizo, cuando realmente el único que debería dar compensaciones era Alexis por su comportamiento de mierda.
            
            pero ahi estaban, y Jessie estaba disfrutando como nunca.
            
            enredando sus dedos entre ese cabello sedoso y verdoso, no hizo el intento de jalarlo, era sorpresivamente un acto de cariño puro, recuperando la sonrisa de antes, era simplemente un desastre por culpa de su polla necesitada.
            
            hablando de ese pedazo de carne maldito que tenía entre las piernas, palpitaba de manera necesitada, de manera codiciosa, su portador era un desastre por culpa de los estímulos y aun así pedia más y más, ¡no tenía limites! ¡había resistido mucho la tentación y no iba a conformarse con poco!
            
            aunque... hasta Alexis quería más, quería ser avaricioso, por lo que una idea fugaz paso por su cabeza, un modo de capturar este momento tan mágico.
            
            ───── Je– Jessie... Je–JESsiee...~ oh...~ eres genial, eres mag–nifico, ¡perfecto... tan, per– FECTO! ───── sus palabras salían entrecortadas mientras sus ojos se movían por la perfecta figura que era su amado mamandosela.
            
            su mano libre se movio, alcanzando su pantalon que había sido dejado de lado en la cama, directo hacia el bolsillo...
            
            Alexis genuinamente quería capturar dicho momento.
            
            

El adulto lo contempló, concentrándose en cada dicción, sintiendo el peso de esa risa retorcida y esa promesa insinuada. En el fondo del asunto, sabía que para Alexis, él no era sólo una persona más en su vida; su único punto de apoyo, aunque le molestaba el tono de obsesión,  también se sentía de una manera irremediable atada a ello, como  si ambos estuvieran atrapados en un lazo que ninguno podía —o quería— romper.
            
            Se permitió un débil suspiro, ordenado sus pensamientos mientras su niño se aferraba a él con tanta necesidad que casi sentía el peso de sus propias emociones con las de él. ¿Cuándo fue que Alexis había crecido? Era como si el cuerpo de él, tan cercano al suyo, le transmitiera en silencio ese anhelo, esa convicción de que juntos eran efímeros.
            
            ── Alexis… ── comenzó a decir, su tono de calma que pretendía dar respuesta a toda esa intensidad ── No sé si entiendes lo que significa estar realmente con alguien ── pausó, mirándolo con cansancio. Jessie entendía que esas palabras no serían suficientes, pero no podía evitar sentir que necesitaba decirlas, que Alexis debía escuchar al menos una parte de la realidad.
            
            Pese a todo, era consciente de que nunca iba a comprender por completo lo que le decía. Él había trazado su mundo alrededor,  e inconscientemente, era el culpable de ese comportamiento; un amor que rozaba lo retorcido y no era capaz de deshacerlo.
            
            @prot__alexis  

@neptun-xep  
            
              aun si no recibía exactamente lo que necesitaba, se conformaba con lo mínimo, se conformaba con no ser apartado bruscamente por aquel al que amaba, su todo, su razón para estar ahí.
            
            le debía tanto a Jessie, eso no lo negaría, pero su cabeza estupida que aun no terminaba de desarrollarse solo exigía y exigía, pendando que eso era lo correcto, cuando solo provocaba un efecto repelente en el contrario, alejado de todo el afecto que quería conseguir.
            
            una pequeña risa involuntaria salio de sus labios.
            
            ¿hasta que pueda hacer su propia vida? que cosas más graciosas decía Jessie.
            
            ───── va– vamos a estar juntos por siempre entonces... ───── con una dulzura inusual dejo salir esas palabras, hasta parecía una amenaza.
            
            Alexis siempre iba a necesitar a Jessie, jamás planeaba dejarlo, el rubio moriría de no tener al mayor junto a él.
            
            Jessie, Jessie, Jessie, era todo lo que rondaba por su cabeza, lo único que lo hacía sentirse feliz, su mayor motivación, su más grande deseo, su más grande... anheló, su todo.
            
            

Jessie miró silenciosamente a su niño, con resignación y un agotamiento creciente. No intentó consolarlo con palabras indiscretas. Sabía que Alexis siempre se aferraba de un modo desesperado, como su propio mundo se desmorona si no obtenía un poco de su  atención e incluso con la exasperación que hervía en su interior, no podía evitar sentir algo más profundo… una especie de comprensión que nunca admitiría.
            
            Respiró hondo, buscando las palabras adecuadas sin ninguna prisa por romper el silencio. Jessie siempre había entendido la necesidad incontrolable y dependencia de su arlequín, por más enfermiza que fuera. Él sabía que Alexis no cambiaría, y en el fondo… no esperaba que lo hiciera del todo.
            
            ── No sé qué esperas te diga ── murmuró, con un tono seco pero carente de dureza ── Sabes lo que eres, y aunque me saques de quicio… aquí estoy, ¿no es así? ── sus propias emociones estaban enredadas en un nudo imposible, un lazo entre la rabia y un afecto que era imposible de negar.
            
            Sin embargo, no correspondió ni rechazó el abrazo, sólo se quedó inerte, con su sola presencia marcando un límite ambiguo. El adolescente tristemente era lo que quedaba  lo único que, en su vida, tenía sentido.
            
            ── Es ridículo que tengas que preguntar si te quiero, considerando todo lo que hago por ti, Alexis ── agregó con cierta ironía, con una profundidad que no necesitaba ser más fuerte ── Y aunque veces seas… todo un espectáculo, no pienso dejarte, al menos hasta que puedas hacer tu propia vida. Pero no esperes que todo gire siempre a tu alrededor.
            
            @prot__alexis  

Jessie lo observó dormir, notando cómo el niño se aferraba a su ropa, tan vulnerable. Soltó un suspiro, riéndose un poco ante esa extraña ternura que no quería admitir.
            
            ── Vaya, mocoso… ── susurró, sonriente ── Al final, lograste colarte en este rincón de mala muerte, ¿eh? ¿quién diría que terminaría cargando con alguien como tú?
            
            El hombre con un movimiento suave, acomodó al niño sobre la almohada, asegurándose de que no quedara ninguna arruga que pudiera molestarlo. Observó cómo se acurrucaba, aún en sus sueños, parecía aferrarse a la manta como si fuera el único pedazo de hogar que conocía. No pudo evitar sentir una punzada en el pecho al verlo, tan pequeño y sin ningún lugar.
            
            ── Supongo que te ganaste tu lugar… aunque me lo niegue ── suspiró, dejando que una expresión casi afectuosa asomara su rostro ── No te acostumbres a esto, ¿eh?  Pero descansa bien, más que yo… ── dudó un momento sus palabras, pero antes de terminar lo comentó en un murmullo ── Yo también estoy aquí, desgraciadamente.
            
            Finalmente se recostó a su lado, con la luz de la luna acompañando el lugar, estaba cansado, rindiéndose ante la sensación que lo consumía. Cerró los ojos, sintiendo la invasión de un pequeño a su lado, se permitió una última frase, apenas un susurro perdido entre su indignación:
            
            ── Buenas noches, mocoso.
            
            Mañana sería un día terrible.
            
            @prot__alexis  

@neptun-xep  
            
              calido, tan calido... 
            
            las palabras no entraban a la cabecita del niño, habitaba en la calle desde que tenía memoria, si es que siquiera tenía la capacidad de ello, por lo que nunca recibió la más mínima educación, y se guiaba por los instintos más básicos para sobrevivir día con día.
            
            pero todo era frío, muy frío.
            
            y estar al lado de este ser llamativo, que parecía iluminar lo gris que era la vida a ojos del infsnte, no podía llenar más su corazón de alegría.
            
            nunca había tenido una mamá, ni un papá, no sabía lo que eran esas cosas... 
            
            pero si podía considerar a alguien su familia, probablemente aquel individuo llamado Jessie podría serlo, sea del modo que sea.
            
            cerro sus ojitos estando en completa paz, aun si estaba sentado en una posición poco cómoda, estaba relajado, no pudo evitarlo y... se quedó dormido, recargado contra el brazo del adverso, sentía que estaba en casa, una casa que jamás había tenido.
            
            

Jessie se fijó en el niño que se revolcaba en la cama, disfrutando de la suavidad que al parecer no había conocido. Por un instante, la irritación que lo envolvía se atenuó, y, en su lugar, una curiosidad hizo espacio en su mente. ¿Qué estaba pensando aquel mocoso al actuar como si todo estuviera bien? Ese niño sufría de cierto retraso.
            
            Quizá por eso sus padres podrían haberlo abandonado, nadie querría a un hijo con un sinfín de problemas en su desarrollo.
            
            ── Mira, no es que me importe lo que hagas, pero… ── empezó, intentando mantener su tono indiferente. El niño, ajeno a sus palabras se movía más de cerca.
            
            El pequeño parecía convenido de que había ganado una batalla heroica al defenderlo de aquel hombre, y aunque la idea le sacaba una sonrisa involuntaria, Jessie se obligó a no dejar que se notara. Al final, el otro sólo era un niño raro que no entendía que su actitud estorbaba más de lo que ayudaba.
            
            ── No estoy aquí para cuidarte, ¿sabes? ── musitó, pero su voz sonó menos firme de lo que había planeado. El ingrato cerró los ojos de nuevo, como si ignorara por completo cada una de sus advertencias.
            
            Jessie sintió un dejo de frustración y algo que se parecía a la estúpida ternura. Se cruzó de brazos, tratando de mantener la distancia emocional, pero el niño, en su búsqueda de calidez, había arrastrado la manta sobre ellos dos, creando un refugio que no tenía intención de compartir.
            
            ── ¿Qué estás haciendo? ── preguntó, pero no había respuesta, y en lugar de sentirse molesto, algo en su interior se revolvía, cuestionándose por qué la imagen del niño acurrucado contra él le parecía…
            
            Tan acogedora.
            
            ── No puedes quedarte aquí para siempre, mocoso valiente ── murmuró al final, pero sus palabras se perdieron en el silencio del cuarto, dejando que el niño disfrutara de su noche, ajeno a las inseguridades que comenzaban a surgir en Jessie.
            
            @prot__alexis  

Lo condujo hasta la mesa. Todo estaba dispuesto con un orden y una excelente limpieza: los platos, de cerámica en tonos suaves, tenían un diseño sencillo y elegante que no restaba protagonismo al desayuno. Había una taza especial decorada con un borde dorado, preparada con café recién hecho, cuyo aroma válido invadía la cocina. En el centro de la mesa, un jarrón de cristal con flores dió el toque final, aportando una suavidad que hacía el espacio acogedor.
            
            Cuando ambos se sentaron, Jessie dió una mirada rápida al alimento: el de Alexis era una variedad de alimentos abundantes y sustanciosos, un "banquete" sencillo pero preparado con dedicación; el suyo, era más modesto, consistía en un tazón de yogurt griego con frutas. Sabía que Alexis, con su estatura y edad, agradecería una buena porción, y se alegraba de haberlo hecho. Se inclinó y acercó el tarro de miel hacia él.
            
            ── Come, ahí tienes la miel ── comentó, su voz teñida de una cálida diversión ──, recuerdo cuando eras un adolescente y devorabas lo que cocinaba, incluso las cosas más sencillas, bueno… a veces. Nunca pensé que volvería a preparar algo especialmente para tí.
            
            Al mirarlo, Jessie se perdió un momento en la nostalgia. Recordaba al joven que había sido Alexis, y cómo solía mirarlo entonces. Ahora, frente a él, estaba un hombre con los años y experiencias que compartían, pero en su mente aún podía verlo como aquel muchacho, con esa sonrisa radiante y el brillo juvenil en su mirada. 
            
            @prot__alexis  

Jessie nunca habría creído posible invitar a Alexis a su propio hogar. Recordó aquellos días en que ni siquiera tenía un lugar propio, en los que apenas lograba mantener un hábito, mucho menos construir algo para sí. En la actualidad, su vida dio un giro, y ahí estaban, en su hogar decorado con amor. 
            
            Las paredes estaban llenas de pequeños y curiosos detalles: marcos con paisajes que había capturado en sus viajes, otros con un arsenal de fotografías de él y Alexis, conservadas desde sus años juntos, cuando sus caminos compartían trayecto. Todo hablaba de una vida reconstruida, de cambios y un crecimiento personal.
            
            ── Un poco hogareña, ¿no? ── comentó, sonriendo con torpeza mientras un leve rubor le subía a las mejillas al imaginar que Alexis podría estar evaluando cada detalle ── Me alegra que te guste. Es un diseño minimalista, nada recargado, pero creo que se ve bien así ── añadió, manteniendo su tono casual y cálido ──. Quizá más tarde, después de comer, pueda darte un recorrido más detallado… aunque eres libre de explorar por tu cuenta lo que desees.
            
            @prot__alexis  

@prot__alexis  
            
              más temprano que tarde la puerta fue abierta, y fue recibido con la encantadora vista del hombre recibiéndolo con amabilidad.
            
            esto era tan antinatural, tan nuevo, tan desconcertante... y le encantaba.
            
            ───── buenos días, Jessie ───── regreso el saludo, demostrando la sonrisa de oro que siempre soltaba, una radiante que podía opacar la calidez del sol, aun con los años, eso no cambiaba ───── estoy... muy feliz de verte ───── admitió mientras lo acompañaba de una risa.
            
            no tardo más, y entró para ver los alrededores, todo el lugar gritaba una simplicidad tan pura que no podía evitar encontrarlo fascinante, incluso lindo, nunca penso envolverse en algo como esto, volver a ver a Jessie... y estar en un desayuno con él.
            
            probablemente si esto hubiera sucedido antes, estaría por ser envenenado.
            
            ───── tienes una casa muy bonita ───── comentó sin más y dejándolo en el aire como un halago, uno que no pudo evitar soltar, era agradable para él esta clase de situación.
            
            llegaron al comedor, y los ojos cansados del lince se iluminaron al ver el "banquete" que el hombre le había preparado, ¡su mejor comida en semanas! ¡tal vez meses! y ni siquiera lo había probado aun, de solo verlo de lejos podía saborear la excelente mano que Jessie tenía para la cocina, decir que se le hacia agua la boca era poco.
            
            ───── oh, claro que tengo hambre, ¡más con esto que se ve delicioso! ───── contesto mientras se sentaba tranquilo en la mesa, sin despegar la mirada del platillo, era como si hubiese quedado hipnotizado, pero no comería hasta que el adverso tambien se sentase, inhalo profundamente ───── el cafe... huele excelente...~ ───── el aroma del cafe era suficiente para hacerlo sentir relajado, en las nubes, y aun más si era un buen cafe, simplemente estaba en el cielo, por decir poco.
            
            

@neptun-xep  
            
              esto no era como las pláticas de antaño, era algo genuino y sobre todo, vergonzoso.
            
            sabía lo incomoda que debía ser la situación para el adverso, pero verdaderamente no podía hacer nada para cambiarlo, y no tenía muchas ganas de irse... hasta que menciono aquello.
            
            por supuesto, era horario de trabajo para el adverso y estar hablando con alguien era contraproduncente, podía entender eso perfectamente por lo que no opuso resistencia al corte de conversación.
            
            ───── comprendo, no te preocupes ───── contestó haciendo caso a los pedidos del adverso, nada de formalidades, lo trataría de "tú" de ahora en adelante, una indicación que jamás pudo seguir de jovén, pero que ahora compensaría.
            
            que desgracia... desperdiciar un encuentro tan interesante por cuestiones que no podían cambiarse, pero entonces el hombre tuvo una idea.
            
            de su bolsillo saco una tarjeta, siempre llevaba varias consigo, y la deslizo en el mostrador hasta dejarla cerca del adverso, manteniendo siempre la sonrisa.
            
            ───── me siento enormemente contento de ver lo mucho que has progresado, el cambio positivo que a tenido en tu vida, si te gustaría hablar conmigo... aquí te dejo esto ───── aparto su mano, para así lo siguiente que saco fue unos pokedolares, ni siquiera se fijo en la cantidad, solo sabía que era suficiente para pagar, y los dejo sin más, tomando la bolsa y alejándose del mostrador, dispuesto a irse ───── fue un gusto volver a verte, ¡espero que se repita! que tengas una linda tarde ───── y sin más, se retiro, con una gota de esperanza en su alma de poder volver a hablar con ese hombre a pesar de lo sucedido.
            
            por que este encuentro, era una segunda oportunidad, para volver a conocerse y entablar una amistad como se debía, para así forjar una relación verdadera alejada de engaños, una oportunidad para empezar de cero.
            
            tal vez e iba a quedarse en Kalos un tiempo más.
            
            

Por supuesto, un hombre como Alexis había sido un hombre ingenuo e inocente. Si en su época no reconoció la maldad que a Jessie le había corroído por dentro, era evidente que no identificaría a un nuevo él, incluso si lo tenía frente a sus ojos.
            
            Resultaba sorprendente que no mostrara ni una pizca de discordia o cólera por aquellas  viejas acciones, después de tanto tiempo, y con un distanciamiento saludable, el rencor se había disuelto, como si ya no quedara lugar para albergar malos sentimientos.
            
            ── Puedes llamarme únicamente Jessie, sin formalidades ── comentó, obligándose a sostener su mirada por un segundo antes de desviarla de nuevo al notar, con cierto desconcierto, lo grande que Alexis se había vuelto ── Aun así… debo decir que tu observación no me sorprende. Siempre fuiste un hombre bastante meticuloso.
            
            Mientras Alexis continuaba con su parloteo, notó que su apariencia más segura no había cambiado su esencia: en el fondo, seguía siendo el mismo joven perspicaz y comunicativo. Jessie soltó un suspiro, dejando escapar un ligero toque amargo.
            
            ── El tiempo hace maravillas en la gente… ── murmuró ── Desperdicie la mitad de mi vida en estupideces que no me llevaron a nada, pero al menos he logrado mantenerme estable. Aún con los años, no cambia el hecho de que nunca recibí un castigo por mis acciones… Así que sigo viéndome como culpable. Ahora trato de compensarlo ahora, ayudando a otros.
            
            Después de meditarlo un poco, tuvo que intervenir con un tono suave pero firme.
             
            ── No quiero cortar tu inspiración, pero… este no es un sitio adecuado para mantener una conversación ── agregó, cuidando sus palabras para no sonar grosero e incluso distante ── Estoy en horario de trabajo.
            
            El recordatorio era sutil, pero también era una barrera que necesitaba poner; aquella conversación comenzaba a remover en él emociones que prefería dejar enterradas.
            
            @prot__alexis  

@neptun-xep  
            
              el mundo era pequeño e irónico, mientras que para Jessie esto era una tortura, siendo él el torturador pasado, para Alexis era un momento encantador, habiendo sido la víctima.
            
            era extraño, Alexis sabía que probablemente debía sentirse él nervioso o incluso atemorizado, tenía enfrente a alguien que le había manipulado, había jugado con sus sentimientos, lo había usado como un simple titere para un plan mayor... pero el tiempo se había encargado de deshacerse del odió, cualquier resentimiento ya había quedado enterrado en las arenas del tiempo.
            
            ───── sinceramente el antiguo Alexis no lo hubiera el hecho ───── comento, acompañándolo de una risa, aunque esta rápidamente fue remplazada por una enorme curiosidad ───── si no se siente comodo con que le llame Jessie, puedo llamarlo por su nuevo nombre sin problemas ───── 
            
            hacer sentir comodos a sus pacientes, era la prioridad más grande para ganar la confianza, una regla tan metida en su cabeza que ya hasta lo aplicaba en su vida diaria sin darse cuenta, siempre con una actitud calida y abierta al diálogo, siendo duro solo cuando se requería.
            
            ───── el cambio nunca es fácil, es un proceso largo que puede parecer interminable, pero lo importante es que no se rindió, sin duda a habido un gran cambio en usted, se ve... a simple vista, más allá de lo físico, el aire que me transmite es totalmente distinto ───── estaba por acercar su mano, ponerla en su hombro para así felicitarlo, pero rápidamente desistió de eso no dejándose llevar por sus emociones y manteniéndose al margen.
            
            podía ver lo difícil que era para Jessie, dudaba que quisiese contacto de algún tipo, debía de encontrar algún modo de hacerlo sentir seguro, tal vez... con algo más directo.
            
            ───── no tiene que sentirse tenso por lo que paso hace años... ya quedo en el pasado ───── afirmó poco después, mostrando una sonrisa radiante como antaño, no tan brillante, pero igual de calida que siempre, incluso a él los años comenzaban a pesarle.
            
            

La emoción en la superficie era un factor que cada día emocionaba más al indiscreto e inocente Hidrafin, más cuando conoció a un increíble humano con el cual formó una relación con el individuo. El hecho de ser compatible con el hombre nunca lo había imaginado, pero estaba tan feliz de tener una cría con él; un híbrido que transcendería el amor entre dos barreras.
            
            El Pokémon soltó un sonido de felicidad ante el cariño de su amante, aunque su cuerpo fuera parcialmente húmedo y viscoso, se sentía cálido de tener a semejante ejemplar que era tan afectuoso con él. No importaba el lugar que estuviera, la criatura únicamente se centraba en conocer el mundo a través de su hombre.
            
            ─── ¡Sí, sí! ─── celebró, emocionado , y agregó: ─── ¡Me encuentro perfectamente!  ¡Es todo gracias a tu presencia, Alexis! Es difícil cuando estás afuera tanto tiempo… ¿Los humanos siempre están tan ocupados?
            
            El Hidrafin imaginó como sería enseñar a su cría sobre el mundo, mostrarle las maravillas de la superficie y las profundidades del océano. Estaba emocionado por cada detalle; cada experiencia que compartirían juntos.
            
            ─── Seremos una familia feliz ─── murmuró, con una sonrisa reflejada en su rostro ─── Aunque… tengo hambreeee.
            
            @prot__alexis