nicecolorfulkisses

Carta de un soldado a su amado en la segunda guerra mundial:
          	
          	"Esto es en recuerdo de nuestro aniversario, del 27 de octubre de 1943, cuando te escuché cantar por primera vez en el norte de África. Esta canción me trae recuerdos de los momentos más felices que jamás he vivido, de un batallón de soldados, de cortinas hechas con tela de dirigible, de lámparas fabricadas con latas de cacao, de ensayos que se prolongaban por la tarde… y de un chico hermoso con una maravillosa voz de tenor… Son recuerdos de una noche en que llovía a cántaros y de dos soldados empapados bajo un árbol solitario en la planicie africana…  Recuerdos de una noche fría y con viento en que nos metimos en un teatro para  soldados y nos quedamos dormidos en un cobertizo por detrás del escenario, los dos atrapados entre nuestros brazos, y recuerdos del impacto que nos produjo despertarnos y ver que milagrosamente no nos habían descubierto… Son recuerdos de la felicidad de cuando nos dijeron que volvíamos a casa y de la devastación que sentimos cuando supimos que no volveríamos juntos. Un cálido adiós en una playa apartada bajo el terciopelo plagado de estrellas de una noche africana y las lágrimas que no cesaban mientras estaba sobre el dique y veía tu convoy alejarse en el horizonte.
          	
          	Nos prometimos que estaríamos juntos de nuevo “en casa”, pero el destino sabía más que nosotros. Nunca llegaste. Y por ello, Dave, espero que allá donde te encuentres estos recuerdos sean tan preciosos para ti como lo son para mí.
          	
          	Buenas noches, que duermas bien, mi amor.
          	
          	Brian Keith."

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Carta de un soldado a su amado en la segunda guerra mundial:
          
          "Esto es en recuerdo de nuestro aniversario, del 27 de octubre de 1943, cuando te escuché cantar por primera vez en el norte de África. Esta canción me trae recuerdos de los momentos más felices que jamás he vivido, de un batallón de soldados, de cortinas hechas con tela de dirigible, de lámparas fabricadas con latas de cacao, de ensayos que se prolongaban por la tarde… y de un chico hermoso con una maravillosa voz de tenor… Son recuerdos de una noche en que llovía a cántaros y de dos soldados empapados bajo un árbol solitario en la planicie africana…  Recuerdos de una noche fría y con viento en que nos metimos en un teatro para  soldados y nos quedamos dormidos en un cobertizo por detrás del escenario, los dos atrapados entre nuestros brazos, y recuerdos del impacto que nos produjo despertarnos y ver que milagrosamente no nos habían descubierto… Son recuerdos de la felicidad de cuando nos dijeron que volvíamos a casa y de la devastación que sentimos cuando supimos que no volveríamos juntos. Un cálido adiós en una playa apartada bajo el terciopelo plagado de estrellas de una noche africana y las lágrimas que no cesaban mientras estaba sobre el dique y veía tu convoy alejarse en el horizonte.
          
          Nos prometimos que estaríamos juntos de nuevo “en casa”, pero el destino sabía más que nosotros. Nunca llegaste. Y por ello, Dave, espero que allá donde te encuentres estos recuerdos sean tan preciosos para ti como lo son para mí.
          
          Buenas noches, que duermas bien, mi amor.
          
          Brian Keith."