Recuerdos pasados
Las hojas caen como las palabras que no dijimos, la brisa se lleva tu voz al olvido
permanente y el sol resplandece como aquella vez donde prometí protegerte y falle,
¡oh! abuela mía, dime por favor, que esta pesadilla pronto ha de acabar, que del
inferno hemos de salir y pronto tu sonrisa volveré a ver, para juntas explorar lo
inexplorable, sonreír como lo hacíamos en las noches frías al compás del caos de
la ciudad, como extraño nuestros silencios que decían todo y no decían nada, eras
la calma de mi tormenta, la luz de mi oscuridad.
Saber que el tiempo se me fue de las manos y no lo aproveche a tu lado es el
tormento de mis noches de insomnio donde a la luz de la luna me permito llorar en
tu nombre, hasta ya no sentir este dolor que me dejaste con tu partida, hasta
cansarme de recordar esa fatídica noche donde la muerte toco nuestras vidas, sin
avisar, sin esperar, solo unos minutos nos brindó para decir adiós… más mi miedo
a perderte no me permitió despedirme antes de que te marcharas para ya no volver.
Hoy 4 de junio parada en tu tumba te lloro en silencio, dicen que el tiempo lo cura
todo, pero ya han pasado tres años y se siente como si hubiera sido ayer él día en
que te fuiste para siempre, espero y escuches mi única verdad “Te quiero abuelita”
susurro a la nada.