Tentadoras palabras, blasfemias letradas amenazan con interrumpir la dicha de mi muerte. Me han advertido que si no arriesgo jamás viviré lo que realmente vale la pena, pero ya he arriesgado cada partícula, cada fragmento, cada átomo de lo que me quedaba hasta quedar vacía, más de lo que pensaba que ya estaba. Ahora que haz logrado quitarme todo insatisfecho está tu cuerpo anhelando sacar más y más por tu infame codicia. Una vez le profese al cielo que dejaría que me robaras todo si era por tu bien, si era para verte brillar, ya no tengo más que darte, jamás tuve algo que realmente desearas. Sólo algo que como simple y monótono humano, igual que yo, necesitabas.
Explícame porque aún siento que te necesito, que te anhelo que te deseo con mis más grandes fuerzas, explícame lo porque me arranco la piel absorda y exhausta de buscar una respuesta a algo sin nombre.
Explícame
Explícame
Explícame
Por favor...