Guiados por su gran coraje, el pueblo fue capaz de lanzar una flecha directa al corazón del apocalipsis que se avecinaba.
Siguieron las huellas del valiente - huellas que finalmente los llevarían a su objetivo
El principio de todo. La fuente de su dolor - el gran agujero.
Y aquí, habiendo llevado a la humanidad a su destino, su historia llega a su fin. Lo que viene después es otra historia para otro momento.
Estoy seguro de que él no desearía que yo cantara su «canción de luz». Lo que ocurrió ese día fue simplemente su expiación por sus muchas mentiras y pecados.
Y es verdad, era un farsante. Era aún más sombrío y corrupto que el payaso. Detrás de sus grandes hazañas había un Caballero hundido en el pecado.
Pero su valentía era la prueba, la prueba de que era la encarnación misma del «verdadero valor».