la rubia sostuvo con firmeza la mano de la menor, dejándose llevar vagamente, con su mirada paseando de un lado a otro. sus ojos se abrieron demasiado, delatando fácilmente su sorpresa; contempló anonadada su entorno, pues al no tener expectativas en cuanto al hogar de su pequeña amiga, simplemente pudo quedar maravillada con las inmensas instalaciones. sin embargo no se dejó intimidar, siquiera flaqueó cuando cruzó la decorosa entrada, simplemente se sintió con muchísima suerte. admiró asombrada su habitación, y se dejó caer en el centro, sentandose de piernas cruzadas en el suelo. ────── ¡ay, tu cuarto es re lindo! y más grande que mi living ────── exclamó con un destello de asombro en la mirada, sonriendo risueña a la niña, inclinándose hacia adelante con genuina alegría.