─── / La noche sucumbia en la oscuridad del manicomio, una vista escalofriante para quien recién ingresaba aquel sector, pero bajo la memoria, sus pasos se hacían resonar dentro de los pasillos, caminando hacia una habitación antes de permitirse entrar. Con la calma habitual de su persona, el médico dirigió pasos hacia el paciente yacido en una parte de la pared, sentando en el suelo con miedo, antes de arrodillarse.
Eliel, soy yo. / pronunció con cuidado, extendiendo sus manos para sujetar con cuidado las ajenas. ¿Sucedio algo?, tus brazos están heridos nuevamente.