Ah, Percy, qué alivio saber que este espacio se convierte en un refugio para divagaciones nocturnas. Tu sinceridad, bañada de introspección, es un obsequio que no subestimo. Contemplar tus pensamientos plasmados en palabras es como admirar un paisaje en constante cambio; prometo esperar pacientemente el día en que finalices tu retrato y me permitas vislumbrar la esencia que has capturado o déjame desnudar tu alma. Que romántico suena eso, no lo malinterpretes, solo soy un romantico empedernido que lee Henry Miller a altas horas de la noche.