la sensación no era nueva, pero el imperdonable miedo de no saber donde se encontraba se aferraba a sí cómo si de una segunda piel se tratase. debería estar feliz, emocionado o incluso extasiado ¿no era esto lo que había anhelado? mas la sensación de libertad se sentía vacía sin saber dónde se podían encontrar sus compañeros, la familia a la que se había anclado por todo este tiempo. sólo podía suplicar en pequeñas oraciones arrojadas al viento que, al igual que él en este precioso momento, estuvieran viendo algo más que las húmedas cuatro paredes de la cabaña en la que habían sido apresados.
a paso lento y sin intención alguna de llegar a algún lado recorrió lo que parecía la interminable nada. para alguien que disfrutaba de murmullos ajenos rozar contra sus tímpanos era difícil soportar el cruel silencio, sus propios pasos siendo el único consuelo a la sinfonía sin músicos ni instrumentos a la que estaba siendo sometido. justo cuando pensó que vagar no era más que un esfuerzo inútil lo divisó, difícil de ignorar por el toque monocromático que brindaba a la pintura colorida que era el paisaje.
sin perder un segundo más usó la velocidad concedida por las interminables horas de trabajo para acercarse a la silueta conocida. elliot sonrió, la felicidad palpable en cada músculo de su rostro que se movían con suavidad para denotarla en un gesto amable, nunca pensó que podría estar tan feliz de ver a chance alguna vez. misma euforia que no le hizo pensar dos veces antes de lanzarse hacia el contrario, sorprendiendolo por atrás y envolviendo su cuello en un resistente abrazo que necesita mas él que el destinatario.
──── ¡chance! parece que la suerte me sonrió a mí esta vez.
tambaleante y jovial rió por los sentimientos que cuál espuma subían llenando su mente de una calidez inexplicable, no era la imagen completa, pero tener a un pedazo de lo que consideraba imporante entre sus brazos había calmado algo que no sabía necesitaba aminorar.