pinkspacedragon

Moritza
          	Ayer Moritza se quebro por mi culpa. Yo sabía que no iba a ser eterna, pero aun así me aferré a ella, hecha de cerámica y sin vida, sin alma propia. No era más que un objeto, una pertenencia, pero aun así sufrí la pérdida. Ella era inherentemente quebradiza; en cualquier momento podía haber caído. ¡No fue mi culpa! Pero aun así me lamentaba por eso. Si no la hubiera dejado caer, si la hubiera protegido más, mi mente se carcomía devorosamente.
          	
          	Después de unos días, Moritza seguía rota, igual que antes. Nada iba a cambiar a pesar de mi tristeza. Pronto, puse a Moritza en mis manos, cavé un pequeño hueco en la tierra y puse allí aquel pedazo de cerámica roto. Lo olvidé. No olvidé su nombre ni cuál fue su final, pero olvidé mi culpa y todo lo que me hizo dudar. La cerámica rota ya no representaba mi error. Vivió en mis recuerdos, pero no en mi corazón.
          	
          	Gracias, Moritza.

pinkspacedragon

Moritza
          Ayer Moritza se quebro por mi culpa. Yo sabía que no iba a ser eterna, pero aun así me aferré a ella, hecha de cerámica y sin vida, sin alma propia. No era más que un objeto, una pertenencia, pero aun así sufrí la pérdida. Ella era inherentemente quebradiza; en cualquier momento podía haber caído. ¡No fue mi culpa! Pero aun así me lamentaba por eso. Si no la hubiera dejado caer, si la hubiera protegido más, mi mente se carcomía devorosamente.
          
          Después de unos días, Moritza seguía rota, igual que antes. Nada iba a cambiar a pesar de mi tristeza. Pronto, puse a Moritza en mis manos, cavé un pequeño hueco en la tierra y puse allí aquel pedazo de cerámica roto. Lo olvidé. No olvidé su nombre ni cuál fue su final, pero olvidé mi culpa y todo lo que me hizo dudar. La cerámica rota ya no representaba mi error. Vivió en mis recuerdos, pero no en mi corazón.
          
          Gracias, Moritza.

pinkspacedragon

La lectura no solo nos ayuda a analizar y reflexionar mejor sobre las situaciones de nuestra vida, sino que también fortalece nuestra capacidad crítica. Es como un superpoder que nos enseña a preguntar “¿por qué?” y “¿para qué?” cada vez que leemos algo. Además, cada libro es una oportunidad para ampliar nuestro vocabulario y ser más creativos con las palabras. Es como un gimnasio para el cerebro: mientras más leemos, más ágiles y rápidos somos para expresarnos. ¡Y lo mejor de todo! Nos enseña disciplina y concentración, lo que nos convierte en verdaderos campeones de la mente. 
          
          pinkspacedragon