Anoche al dormir sentí tu presencia y te posaste en mi cama acariciaste mis mejillas, mi rostro, y rozaste mi nariz y mis labios. Yo quise abrir mis ojos para verte pero con tus labios no dejaste que los abriera con tu voz cálida susurraste al oído que nunca me dejarías que estarías a mi lado siempre que los sueños que teníamos se harían realidad. Que juntos lucharíamos contra todo y contra todos, que el amor que sentías por mí es el más hermoso que nunca habías tenido. Y que yo era el amor de tu vida. Te acercaste suavemente y besaste mis labios suavemente al recostarte junto a mí sentí cómo tu cabeza se colocó en mi pecho y te quedaste dormida y sentí el calor de tu cuerpo como todas las noches. Al día siguiente al despertar me di cuenta que no estabas y sólo me dije: ya tengo un año sin estar contigo y tu regalo fue un sueño