—Hazlo otra vez.
Tadashi lo miró incrédulo.
—¿Qué?
—Golpéame otra vez si te place. Hazlo hasta que te hartes —dijo Kei—. Pero mírame a los ojos, Tadashi. Una vez dijiste que los ojos no mentían. Entonces quiero que veas que no miento cuando digo que te amo.
ESTO, esto no me acuerdo haberlo escrito, igual fue hace un montón. me gustó el dialogo, de verdad lo escribí yo?, pienso