Lo más díficil cuando todo se siente mal, es darse cuenta de que no tienes absolutamente a nadie con quién puedas hablar. Uno pasa tanto tiempo tratando de ser fuerte para no ser solo una carga más que en algún punto del camino, las personas empiezan a olvidar que las cosas sí te afectan, solo que es más fácil añadir esas punzadas de dolor en ti y pretender que no importa pero lo hace y luego, cuando te das cuenta y tratas de hablar sabes en el fondo que nadie va a oirte; podrías gotear tu dolor en cada una de tus palabras y aún así tu dolor será olvidado tan pronto como termines y sentirás que has estado derramandote en un recipiente, luego volverás a verter en ti todo lo recogido, solo que esta vez te sentirás aún peor sabiendo que tu dolor podría ser solo exageraciones para algunos y cosas sin importancia para otros.