Si, nambre es que la cagaba bien feo, hay que decir las cosas como son. Pero sí, ahora me gusta que me digan Sari, Sarah, aunque ese siempre ha sido mi nombre, tú puedes seguir diciéndome el amor de tu vida. No digas eso porque lloro... Tú también has sido de las mejores personas que he conocido por aquí, gracias por darme la oportunidad de conocerte.