Balas
De que me sirve tener un corazón a prueba de balas, si lo que me mata es tu boca. A lo mejor es que yo soy masoca y necesito de tus arañazos para creer que he recuperado una de mis siete vidas. Como puedo ser tan imbécil de depender de tus ronroneos a media luz, si se que en cuanto se te ponga la luna enfrente vas a brindarle la oportunidad de lamerle hasta la locura. Pero que no se me olvide, que no se me olvide….que soy mía antes que de nadie, que llevo la falda con la que se te orea, que soy fuerte, y que ser valiente no significa no llorar.
Que no se me olvide que es reír, que no se me olvide sentir, caer, tropezar, cicatrizar. Que no se me olvide como era antes de ti.
Porque también tengo una bala en la recamara esperando ser disparada, para luego perderse, me da igual ser una bala perdida desde que he encontrado en tu ombligo el epicentro de la Tierra, ahora que sé que soy capaz de reventar un terremoto si se cura entre tus piernas.
Tengo una pistola vacía que juega a matar gente, que la llamo cordura y es capaz de llevarte a la décima altura, para luego soltarte.
Tengo muchas historias entre manos y no sé qué tramas, pero tú ya no formas parte de ninguna. No me hagas agarrarme a tus pupilas, ¿no ves que ahora miro suelo?, miro al suelo porque te deje el mundo a tus pies y tú seguiste bailando como si nada. Miro al suelo porque veo tus pies moverse al compás de tus latidos, porque estás pisando mi corazón y tú sigues bailando como si nada.
Mira, mejor vamos a hacer como que no nos hemos conocido, como si hubiéramos venido a un programa de presa rusa, a un romance inventado. Y cuando trates de empezar de cero, llegara alguien que te hará volar sin alas, te partirás la boca por quitarle más las lágrimas que las bragas y te darás cuenta de que no sirve de nada un corazón a prueba de balas, si lo que buscas es que te mate, su boca.