Los zapatos del hombre habían resonado contra el suelo de aquella escuela, un recorrido que el había estado haciendo en un vago intento de reconocer el sitio. La escuela era enorme, y sería una mentira decir que Hoffman no se había perdido entre los pasillos y las aulas. ¿Cómo acabo ahí? Era una explicación que el no tenía. Como si no hubiera sido raro el haber pasado de estar atrapado en ese viejo baño, a un sitio desconocido, para posteriormente estar en una escuela. La marca de donde había estado la cadena seguía ahí, sin intención de irse al igual que su cicatriz.
Peor aún, él podía decir que había visto todo tipo de 'seres' en la institución, lo cual solo sirvió para desconcertarlo aún más. Clubs y aulas, demonios o lo que fueran y personas normales. Dejo esos pensamientos de lado, girando en otro pasillo, cuando sus ojos se posaron en una figura familiar que no tardó en reconocer. Su ceño se frunció, porque si en verdad había muerto y este era su castigo, al parecer encontrar al doctor a donde fuera era algo que no podía evitar.
⦚⃝ᬼ꒱ ─────── ¿¡Es enserio!? ¡¿Hasta en una escuela te encuentro!? —Exclamó, esto ya era ridículo. Entre eso, los pétalos de esos árboles de colores que le habían caído mientras caminaba y que ya había rendido por quitarse y que alguien en algún punto le había mojado con un balde arriba de una puerta, no le podía parecer más surreal el asunto.—