El plato sólo contenía soba, un poco de curry y un jugo de naranja que desgraciadamente no estaba en descuento.
La bandeja ya estaba vacía, ya hace un buen rato que me había terminado de comer todo, pero esta chica aún tenía más hambre. Y mis instintos de cazadora estaban bien puestos en un exquisito platillo picante que el chico rubio al frente de mi se hallaba comiendo como alma que lleva al diablo.
No podía ser grosera y simplemente arrebatárselo, eso sería muy descortés, además de ridículo, pues estábamos hablando de Katsuki.
Por eso, con la mayor gentileza y amabilidad que pude dejar salir, me incliné hacia adelante y le dije mientras le señalaba algo en específico—. ¿Usarás esa cuchara?
Lo se, era una cobarde.
El chico sólo elevó su mirada y me miró con el ceño fruncido y a la vez confundido por mi pregunta. En realidad todos los estaban.
— ¡Oh, Kuru! Debiste habérmelo dicho. Ten aquí tienes. —Me respondió Denki-Kun entregándome su cuchara completamente limpia e impecable.
Oh Denki, tu...
—Gracias. —Fue lo que dije recibiendo el cubierto entre mis manos. Cabe destacar que aborté la misión.
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Próximo capítulo: Suficientes sorpresas por hoy