Una sonrisa se formó en sus labios. No iba con burla, ni sarcástica, o derivados. Era una sonrisa sumamente pura y dulce. Cuidadosamente, llevó una de sus manos a la cabellera contraria Lara así desarreglarla un poco — Tranquilo, la rana Kermit malvada ya no está aquí, y si vuelve, te cuidaré. Estás perdonado, tranquilo... Esa casa me traía malos recuerdos igualmente — Una risa, nerviosa, escapó de sus labios, a la par que cerraba la puerta y señalaba uno de los sillones, como indicándole que se sentara — Siéntete como en tu casa, Rich.