En sus ojos azules, un mar sin fin,
brilla la inocencia, pura y sin tacha.
Su belleza inmortal, un hechizo que me atenaza,
un niño bello, de alma pura, que me embelesa.
Mi obsesión lo consume, un fuego sin control,
mi pecado me une a él, una pasión fatal.
La lujuria me envuelve, un torbellino sin final,
y en su belleza, solo un deseo puedo hallar.
No hay fuerza en el mundo que pueda apartarlo,
de mis brazos, mi Ángel, mi eterna obsesión.
Señor, yo he pecado, y de este pecado no me arrepiento,
si me tengo que ir al infierno, lo arrastraré en mi tormento.
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ— Jk "Pecatum".
(Estoy cayendo en la locura).