𖤐 ‎ ‎ ‎ : ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ 𝒞𝗮𝗽 !

A mí las notificaciones ya no me las da

JAJAJAJAJAJA 
            cositas morita cositas 

Morita
            Aaaaaaaa

— — Concuerdo. Será mejor estar lejos.
            
            Y entonces una duda, una punzada en el pecho.
            Una idea que se filtró sin permiso, tan fuerte que escapó de su mente antes de poder contenerla.
            
            — — ¿ No me necesitas ?
            
            El silencio que siguió fue brutal.
            Se apresuró a abrir la puerta. Quería huir. Quería callarse.
            Pero algo se quebró.
            Algo que había estado conteniendo desde que llegó. Y ahora era demasiado tarde.
            
            Ni siquiera pudo girar bien la perilla.
            Las manos le temblaban.
            Estaba colapsando.
            Y no quería hacerlo frente a él.
            
            Pero su voz tembló, y su alma salió a gritos:
            
            — — Nunca me escuchas.
            
            Dijo con el pecho agitado.
            
            — — ¿ Acaso alguna vez lo hiciste ? ¡ Carajo, Wilson !
            
            Y entonces lo soltó todo, como si le arrancaran el corazón.
            
            — — ¡ Te necesito más que a todas las personas en este maldito mundo !
            
            Gritó, sin control.
            
            — — ¡ Te necesito mucho más de lo que tú podrías necesitarme a mí !
            
            Y con eso, la habitación se llenó de un silencio tan real. . . Que dolía respirarlo.

Y Sam ¿ Qué pasó contigo, Sam ?, pensó.
            Ahora sin enemigos, sin guerra, sin razones para estar juntos. . .
            De repente ya no eran nada.
            Ni siquiera sabía que eran enemigos hasta hace unos días, cuando sintió en carne viva el desprecio de Samuel Wilson.
            
            Y sin embargo, no se iba.
            ¿ Por qué no se iba ?
            Cada palabra los alejaba más.
            ¿ Acaso quedaba algo por decir que pudiera arreglar lo que ya estaba roto ?
            
            Tal vez todo habría sido más fácil si, en lugar de invitarlo a pelear, lo hubiera invitado a estar con él.
            ¿ Era eso ? ¿ Tan triste estaba por Wilson ?
            Solo eran amigos, se repitió.
            
            Pero esa palabra volvió a pesarle.
            ¿ Amigos ?
            Claro que sí.
            No podía haber más.
            Y sin embargo. . . no podía explicar por qué lo odiaba tanto.
            Por qué dolía tanto.
            
            — — Wilson. . . Estuve de acuerdo.
            Eres la persona perfecta para ese nuevo cargo. Por eso lo acepté. Steve te dio el escudo por algo. Ahora te tocaba continuar su trabajo.
            
            Hizo una pausa. Su voz bajó. Más honesta. Más vulnerable.
            
            — — Nada me hizo más feliz que tenerte a ti. . . a mi lado.
            
            Bajó la mirada.
            
            — — Pero yo tengo la culpa de todo. Por dejarte. Por abandonarte. ¿ Solo yo tuve la culpa ?
            
            Soltó un suspiro pesado.
            Ya no tenía sentido seguir discutiendo.
            Solo quedaba recoger sus cosas y marcharse.
            Volverlo a ver de vez en cuando… con distancia. Pero nunca de verdad.
            No entendía por qué. Solo sabía que algo dentro de él se rompía aún más.
            
            Asintió con dolor. No había nada más que decir.

No esperaba una respuesta positiva. A estas alturas, ambos estaban demasiado lejos de volver a ser compañeros. Incluso de simplemente hablarse como antes. Pero tal vez eso era lo que tenía que pasar, ¿ No ? Estaban destinados a eso: alejarse de todos y quedarse con lo poco que quedaba.
            
            ¿ Qué ganaba siendo un Vengador ?
            Un lugar. Un sitio donde, por fin, podía ser tomado en cuenta.
            No era fama. Nunca lo fue.
            Era pertenecer.
            
            Sabía que jamás podría estar en el mismo nivel que Tony Stark. Eso siempre estuvo claro.
            Y aun así peleó sin armaduras, sin tecnología, sin poder volar o desaparecer. Solo con lo que tenía: fuerza, entrenamiento y cicatrices.
            Un hombre viejo con el pasado manchado de sangre, diseñado para matar.
            ¿ Podía pedir más ?
            Tal vez solo un par de alas o la habilidad de levitar para salir volando de esa maldita conversación.
            
            — — ¿ De verdad crees que fue por fama ? 
            
            Espetó, sin ocultar la decepción en su voz.
            
            — — No escuchas ni una sola palabra de lo que dije. Ya veo por dónde va esto. No voy a seguir gastando saliva contigo, Wilson.
            
            De todo lo que pudo responder eligió “fama”.
            Como si él buscara reflectores.
            Cuando lo único que hacía era pasar desapercibido.
            
            No soportaba las conferencias.
            Valentina se reía de su patético intento de congresista.
            Nadie lo tomó en serio.
            Y ahora, como Vengador. . . Mucho menos.
            ¿ Quién era él ?