Esto queda para vos, si algún día encuentras mi perfil: dejo las historias públicas si las quieres leer. Escribo esto desde tu computador jajaja. Eres genial, mi literatura es mierda pero, por favor, sé indulgente, tenía catorce, ¿vale?
Me he roto en pedacitos tan chiquitos, que de vez en cuando quedan restos que no puedo limpiar. Por eso, cuando me atrevo a caminar descalza, termino lastimada.
Me encuentro siempre preocupada sobre qué pasará después, sobre si tengo que estar preparada para el siguiente golpe. Al final resulta inútil: el golpe viene de donde menos me imagino. Y siempre duele el doble. ¿Llegará un momento en el que duela tanto, que no pueda soportar el dolor?
¿Saben de ese sentimiento de que algo les faltó por muchos años y ahora lo vuelven a ver si lo quieren, pero saben que si vuelve lo van a desechar? Es una lógica compleja y estúpida.