Tía Kay, preciosa amiga mía, lamento que todo esto te esté ocurriendo. No quiero ni pensar en todo lo que has tenido que soportar en todo este tiempo; me lo has contado y la verdad es que no sé cómo brindarte consuelo y soporte que de verdad sirvan de algo, siento que mis palabras no son sificientes. Sé que no es fácil todo esto, mas espero poder escuchar tu risa y saber que la felicidad ha vuelto a ti.
Tómate tu tiempo, no te presionaremos. Sé que después de todo esto serás una Kay más fuerte y luchadora de lo que ya eres. La forma en que te trata la Vida puede irse a lo recóndito de un pozo sin profundidad y sellarlo. Lo mierda que se comporta contigo no es justo, no lo mereces. Eres un ángel, un destello en la vida de todos tus amigos y familia. Sabes que te quiero, te amo un montón.
Lo que daría por estar apoyándote personalmente en esta situación...