先輩💭⃞𝗬𝗨𝗬𝗔!?؏

Las manos le rodean la espalda, aferrándose a su ropa mientras sigue el ritmo del beso. Inició como un juego pero no quiere separarse tampoco ahora, por lo que al sentirle separarse abre los ojos también, volviendo a cerrarlos rápidamente por cómo le está viendo. —Hah, Yukio. —Sin pensarlo se le escapa su nombre, por recordar la expresión que hizo cuando el azabache se lo pidió esa vez. Entreabre la boca, respondiendo a sus lamidas, le da permiso. 
             #‡ @ninomiyayukio  

@seigosenpai
            
            ─ No quiero. ─
            Una vez más le susurra, tras su petición sólamente reafirma el agarre, dejando a sus dedos deslizarse por la cadera del presidente estudiantil. Y no necesita decir más, sintiendo sus labios, comienza un vaivén, cierra los párpados y presta atención solamente a los pequeños chasquidos por el contacto que no quiere detener. Pronto, entre la suavidad del beso, el fotógrafo delata su deseo por intensificarlo, el borde de su lengua pide permiso con una tenue lamida, se aleja un poco.
            ─ Seigo-san... ─Pupilas fijas en él, vuelve a lamer.

────“ No, nada. —No logra sonar convincente, la cercanía le pone nervioso. —Déjame ir, tengo que. . mh. —Exhala, ¿porqué ahora iban por turnos? Realmente siente como que no le deja mucha opción, vuelve a dejar caer los párpados, juntando ambos labios en un toque torpe y culposo, se había dejado tentar.
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            ; aAAAa, en algún punto yo roleé a Junta en esta acc, me trajiste recuerdos ncjsnfn.

|| lo dejé en el tablero de YukiO /puñito
             #‡ @yuyalovessenpai  

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            / LInK o fEiK

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            ; I NEED IT

@seigosenpai  
            
            Se escabulle en su hombro; adora estar a esa altura, la ideal para besar sus clavículas, morder su cuello y desordenar la camisa de su uniforme. Antes de darse cuenta ya está desatando la corbata del mayor, con las manos bajando para acariciarle los muslos aún sobre la tela del pantalón.─ Es porque en verdad te extrañaba, senpai... ─Y un beso más tierno, dulce, entrega en su mejilla, contrastando con las acciones un tanto más atrevidas que estaba haciendo.─ Además... Tengo ganas de hacerte sentir bien. ─Está cerca de una de sus orejas, y no desaprovecha la oportunidad. Atrapa el lóbulo entre sus labios, lo muerde con suavidad, conoce bien el punto débil que Seigo tiene en ese sitio.

Cierra los ojos, el ataque de besos no le deja pensar en nada más y otros suspiros deja escapar, su piel se va poniendo sensible bajo las caricias humedas de sus labios. Pasa a colocar las manos sobre sus hombros, habiendolas deslizado por su espalda. No recordaba que seguían en el pasillo y por ello se alarma un poco, buscando a alguien que pudiera haberlos visto; para su suerte estaba desértico. Aliviado suspira y va junto al menor a esa sala, testigo de muchos actos. Echó una mirada a la puerta mientras se acomodaba sobre el escritorio, no estaba seguro de que la misma estuviera bien cerrada, pero se le pasa hacer un comentario. —Estás muy enérgico, Yuya. . . —Le mira fijamente, las mejillas un poco rosadas y el uniforme algo desarreglado en la parte del cuello. 
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            Pequeños sonidos de sus labios haciendo contacto en la piel del mayor comienzan a hacerse más y más notorios, con esos besos cariñosos delinea su mentón y llena su cuello, ahora no quiere parar de hacerlo.─ Senpai... ─Murmura entre la atención que le da, y sujetándolo de la cadera, guiándolo, comienza a caminar. Busca la habitación donde Seigo suele hacer sus deberes como presidente estudiantil, abre con torpeza la puerta de la misma forma en que la cierra, y apenas están adentro, se apoya en el escritorio, hace que el mayor se siente ahí.─ Aquí puedo besar a senpai tanto como yo quiera, sin que nadie nos moleste. ─Le murmura una vez más, con su aliento chocando en la piel del mayor.

Quiso levantarse y escapar pero en cuestión de segundos el azabache ya le había retenido en su sitio, haciéndole soltar un chillido cuando su pierna se posiciona. —. . . ¿Mi expresión? —El castaño no era consciente de la clase de cara que le mostraba, una avergonzada y ahora asustada por sus acciones, como un indefenso conejito haciéndole frente a un hambriento depredador. Aprieta los labios y su cuerpo tiembla. —Yo. . . no lo sé. N-no soy yo en esos momentos. 
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            Rodeó el escritorio, quitando de enmedio lo único que le mantenía mínimamente alejado de su superior. Repasó esa expresión avergonzada, y solo con ver el rojo en sus mejillas, se relamió los labios.
            Teniéndole frente suyo, aún sentado en la silla del escritorio, era fácil acorralarlo; algo que porsupuesto, aprovechó.
            ─ Deja de provocarme con esa expresión, Seigo-san. ─Una de sus rodillas se apoya al borde del asiento, mejorando aún su forma de acorralarlo. Manos propias van dónde el pecho mayor; juegan con su corbata, con los botones de su camisa. Quiere verlo temblar por sus acciones.
            ─ ¿No lo es? ¿Estás seguro?

Jadeó, su respiración chocando con los labios del más alto. No sabía cómo contestar a aquello, no quería dar el brazo a torcer, pero la mirada fija puesta sobre él le intimidaba y presionaba a decir algo para defenderse, odiaba admitirlo pero Yukio también tenía su atractivo, su mirada se mantenía puesta sobre él como por hipnosis. Colocó las manos sobre su pecho, intentando alejarle, si sus labios seguían rozándose de esa forma podría caer en la tentación, ¡y eso no estaba nada bien! —No es cierto. —Suelta cuando al fin logra articular las palabras, dudando de ello.
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