La veo, amor mío, sin ver de verdad.
Sé, mi cielo, que sostiene sus rodillas con su brazo derecho
y con el otro abraza una almohada medio sucia.
Que sus rizos descansan sobre sus labios, sobre sus párpados.
Que se acurruca a mi lado desnuda entre las sábanas
y que nos soñamos imaginandonos en recuerdos.
Yo te veo mi amor en todo lo que hago.