Sorprende percibir de golpe que no sabes nada de la vida.Es posible que haya quien piense que el escritor es un gran conocedor del mundo y de sus semejantes, también es posible que alguien se crea escritor, y no lo sea por ese desconocimiento.Conocer los secretos que nos rodean nos hacen madurar, aceptar la existencia de otros, pensamientos, otras formas de vivir, no es ser tolerante, es simplemente estar vivo y comprender que mi vida no es el único referente posible.En unos pocos meses dejamos de mirar las cosas con los mismos ojos, de valorar con la misma medida, de llorar por las mismas pérdidas.La vida no es más que una palabra, y es además una palabra que no puede reflejar la realidad. La vida la construimos cada uno de nosotros, día a día, y al final somos el resultado de lo que hemos hecho, de lo que hemos experimentado o que nos ha sucedido.No nos comportamos como si pudiéramos contemplar todos lo mismo, con los mismos ojos, los mismos sentidos, las mismas emociones.
La poesía es una forma de aproximar distancias, porque nadie, ni siquiera el poeta al expresar lo que ve o lo que siente, puede explicar su poema de forma única.
Un poema tiene tantas lecturas como lectores, esa es su grandeza.
Se hace tarde para casi todo
y maldecimos el tiempo inútil-que es mucho-.
la palabra que quedó por decir, o la que
naufraga convertida en onda silenciosa,
renegamos de lo que-estábamos seguros-
pudimos haber sido pero nunca seremos.
Había tanto por hacer que hicimos las maletas
para huir,
creyendo que en otro universo
las estrellas lo harían todo por nosotros.
Ya somos lo que quisimos ser
por más que lo neguemos.
Se hace tarde incluso para leer un verso
que debió ser escrito en otro momento
y ahora nadie entiende,
tarde para advertir en qué camino
nos desviamos,
y por qué ya no hay praderas,
ni bosques pintados, ni aguas, ni claros,
ni voces quebradas, ni espinos, ni olores,
ni osadía, ni hechizo, ni resplandor,
sólo el hecho consumado de lo que no vemos.
Ars vocis