Creo que nunca pude decirte completamente lo feliz que tú presencia ponía a mí corazón, justo cuándo estaba en el punto más bajo creyendo que quizás no encontraría lugar en los brazos de alguien, llegaste tú, extendiendo los tuyos hacía mí. Abriéndome un lugar junto a tí.
Me siento tan vacío en tu ausencia, ¿por qué no me abrazas una vez más?
Pega tu cuerpo al mío y escucha el latir de mi corazón por tenerte cerca, te necesita, te extraña. Pero, ¿qué debo hacer si también sangra?
Curaste y besaste mis heridas con tanto amor y paciencia, que al momento de tu partida dolieron y quemaron peor que el día que fueron marcadas en mi piel.
No desnudaste solo mi cuerpo, sino también mi alma. Me entregué a tí en el acto de amor más puro y en su completo esplendor, te deje ver todo lo que soy.