Querida Julia:
Espero que estas palabras te encuentren con algo de alivio, con un poco de paz entre los días difíciles. Sigo impaciente tu maravillosa trilogía histórica y - aunque ya te lo he dicho - no puedo más que agradecerte por la belleza, la sensibilidad y el respeto con el que narrás esta historia tan profunda. Me emociona mucho tu forma de escribir, y cómo lográs honrar tanto la historia.
Te escribo también para saber cómo estás de salud. Sé que a veces estás sin fuerzas, y me gustaría que supieras que, desde este lado, alguien te piensa con mucho cariño. Que te desea descanso, luz y ese empujoncito cálido que a veces se necesita para seguir. Tu obra ya es un regalo, y si algún día sentís volver a Wasseyya, aquí estaré, esperándola con el corazón abierto.
Miigwech, nishimme.
Con mucho afecto.
Boozhoo… Miigwech… Baamaapii, nishimme.