smafia__damian

          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
          	
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flxwerdesire

¿Cuánto tiempo llevaban en la misma absurda situación? Atrapados en ese pequeño espacio que poco importaba entre la multitud de trabajadores y mafiosos que siempre hay dentro del club, entre mil y un asuntos más importantes y provechosos. Entre ellos nada más que minutos desperdiciados. Encerrados en lugar cumplir lo que deben. Por supuesto, es mejor pensar que ambos están «encerrados» cuando en realidad, a los ojos de cualquiera, Asahi era el único siendo encerrado.
          
          No importaba a dónde intentará moverse, una y otra vez ese tonto mafioso se entrometía en su camino. ¡No lo dejaba pasar a ningún lado! Derecha, izquierda, no importaba a dónde vaya. ¿Qué se cree por ser un poquito más alto que él? ¿Muralla? Fácil solo parecía un mal tipo de baile con tanto tiempo que iban en las mismas sin llegar a ningún lado. ¿Quería algo o solo lo andaba fastidiando? Uh, si fuera otra situación ya se estaría metiendo en problemas al pelearse «por nada» con un cliente. Le estaba teniendo mucha paciencia, sin reclamos, sin contacto, nada más que haber cruzado alguna mala mirada al tratar de ignorarlo.
          
          Un hondo respiro y, ya no pudo fingir que Lacrontte no estaba frente suyo.
          
          —¡Hey, hey! —su brazo alzó, sacudiendo su mano frente a esos carmín que tanto le molestaban; pretendiendo llamar su atención—. ¿No tienes algo mejor que hacer, Damián? —como si de una simple queja por un mal comportamiento habló; aunque, su mirada bajó hasta los zapatos ajenos que se distinguían con lo impecables que estos estaban. —Si no lo sabes, tengo que ir a atender clientes y tú…, quizá puedes ir a limpiar tus zapatitos —unas risitas escaparon entre sus labios rebosantes de diversión, retando con sus azules en el instante que lo pisó, entretenido más en arruinar esa impecable limpieza que quedó atrás.
          
          Todavía no se tomaba la molestia de apartarse. Si iba a continuar metiéndose en su camino, ambos pueden molestarse.

smafia__damian

            —¿Tienes que irte tan rápido? No, no. Dudo mucho que sea necesario, ¿O es que mi ‹alta› figura para ti te hace doler el cuello? Yo solo quería conversar... —Olímpicamente acababa de ignorar lo que el otro hacía, empezaba a conocerlo, y sabía muy bien que si cedía ante una reacción dolorosa habría perdido ante ese tonto intento de maltratador. No obstante, el tic en su ojo izquierdo le era difícil de ocultar. —Solo quería jugar...
            
            Su expresión, de un segundo a otro, pasó al malicioso. Nada de tiempo había pasado cuando ya poseía a una de las estrellas de aquel lugar asqueroso acorralado contra la pared más cercana, una esquina, en la que sus codos presionaban el liso tapiz ocasionando que por el movimiento brusco algunos pobres adornos terminaran en el suelo; bajó su barbilla, hincándose a su tamaño.
            
            La distancia era estrecha, el único ruido luego de los objetivos rompiéndose contra el suelo era ahora la respiración intranquila del otro, por su parte, Damián se mantenía sereno, bueno casi, esperaba que el otro no escuchara sus latidos tanto como él empezaba a hacerlo.
            
            Allí, podrían hacer lo que quisieran ¿Quien lo interrumpiría? Nadie se atrevería, entonces...
            
            Se aseguró de que sus nuevas cartas de naipes rozaran con lentitud la clavícula ajena, enseñando finalmente el paquete en las mismas. Aquella sonrisa zorruna se transformaba poco a poco en una de burla total al ver su expresión ¡Venganza! —No tienes cara de ser muy bueno en esto, acabo de verlo. ¡No deberías asustarte tampoco! ¿Qué crees? No apostaremos dinero, quisiera algo más de ti.
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smafia__damian

@flxwerdesire  
            
            Nunca creyó sentir tal tipo de emociones, tales como ¿La diversión? Pues claro, no consideraba sentir una diversión genuina cuando de hacer negocios ilicitos se tratara, mucho menos tener que observar como el alma en pena a punto de ir al purgatorio salía de cada una de sus víctimas que, al igual que su imagen, no eran nada inocentes; más sin embargo formaba parte de su trabajo, aunque no lo necesitara por ningún fin monetario.
            
            Tener deudas, claramente, no solo significaba dinero, cuyo poseia ¿Pero de qué servía? Su padre dejó peores problemas a solucionar, estando solo, completamente solo.
            
            Sería un total mentiroso consigo mismo si llegara a decidir que Asahi le atraía físicamente, que aquel sutil interés se debía a su genuino parecido con su madre; pero es que la realidad, siendo de ese modo, le desagradaría en lo más mínimo su presencia al ser un recordatorio doloroso de cómo acabó todo. No, era algo más... Y era frustrante que aún con su clarividencia y habilidad —poca desarrollada— de hablar con gente muerta fuera un completo idiota para comprender eso.
            
            Solo sentía... Esa misma emoción de cuando observaba a sus padres dándose esas miradas, pequeños roces, las sonrisas exclusivas que solo compartían entre ellos. Calidez.
            
            Pero aún seguía sin comprender.
            
            Jamás tuvo la oportunidad de ver cómo alguno de sometía al otro y sentía esa misma emoción, entonces ¿Qué hacía sintiéndose cálido incluso con el pisotón de ese chico con complejo de pato? Sus labios se alargaron forzosamente, aún cuando el rubio se enfocaba en mover su calzado de un lado a otro tratando de mantener la misma presión contra su zapato lustrado, ya... Para nada lustrado. 
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w-wbcadenas

hiroshi ㅤ⋮ㅤ En la soledad del consultorio, Shireru había quitado su atención al expediente clínico del interno que, por ahora, más era de su interés.
          
          Nada funcionaba, todavía.
          
          Pero el tiempo pasaba.
          
          La incertidumbre pesaba.
          
          El picor en sus manos crecía. Un ansia por servirse un trago o al menos tomar la bocanada de un cigarrillo, algo para relajar la frustración que apenas se reflejaba en la inquietud de su diestra. Pues ni siquiera se dió cuenta del momento en que esta misma sacó de su bata su encendedor, nuevamente dándole vueltas entre sus dedos. Y, aunque estuvo a punto de sacar un cigarrillo de su saco, se contuvo al notar otra vez las pegatinas que cubrían su original color plateado.
          
          Dejó sobre el escritorio aquel expediente, encima el encendedor. Un pequeño recordatorio para contenerse de la nicotina y, a la vez, para seguir con su crudo plan en marcha.
          
          Hiroshi tomó entonces el nuevo expediente clínico. Nada interesante debe ser cuando solo se trata de alguien del bloque dos.
          
          No era la primera vez que se cruzaba con este, lo reconocía en la foto. Eran más que suficientes cruces cuando estos salían en el patio o al estar con este junto a sus colegas, para saber qué clase de interno es: Un bufón más, su único rasgo especial es no dar un aspecto lamentable como otros faltos de lucidez. Entonces, Hiroshi continuó, leyendo el expediente penal, las anotaciones en el clínico, el diagnóstico, las consultas, el diagnóstico, los avances y retrocesos, todo enlistado en cada sesión que ha sido revisado; incluso se encontraba lo visto por enfermería. Que «sorpresa» saber que sus dos niños también lo han atendido. Al menos, en algo del expediente puede confiar ciegamente.
          
          Así como, algo extraño había en todo eso.
          
          —Damián Lacrontte… —deslizó su voz al escuchar el sonido metálico de las esposas cuando la puerta fue abierta para hacer pasar a su, ahora, paciente. —Siéntese.

smafia__damian

Desde que empezó su plática, su interés yacía en analizar cuántas diminutas cadenitas tenían sus esposas, pensando si era usual que fueran tan delgadas y por supuesto frunciendo el ceño ante lo apretadas, era claro que su mala calidad les asustaban, incluso llegaba a darle lastima, ¿Quizá debería donarles algunas? Así quizá no le apretarían tanto.
            
            Fue solo un microsegundo, pero los carmesí reflejaron tristeza y un lastimero deje de aceptación. Solo un pequeño microsegundo.
            
            Hasta que volvieron, burlones, a su hablante. —¿Ahora sí puedo hablar? No tengo un doctorado en chisme como usted, pero creí haber visto en sus ojos un "me hartas, cállate." aún cuando siquiera había abierto la boca para saludarlo. —Se encogió de hombros, mostrando sus afilados caninos que siempre llamaban la atención en cuando sonreía, dándole un aspecto más animal, sobrenatural, más peligroso, otro característico de su padre que detestaba. Chasqueó la lengua como acto descuidado. —Sin rencores, me presento, ¡Lacrontte Damián! Un gusto, papá de patito.
            
            El sonido de las esposas resonaron cuando extendió una mano hacia él por encima de la amplia mesa de roble pulido pobremente, tuvo que mover la otra aunque no la extendió al estar juntas. Oyó sin voltear el intento intranquilo de los guardias de acercarse en alerta, rodó los ojos. Más su sonrisa insinuante a su contraparte yacía intacta.
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smafia__damian

@w-wbcadenas  
            
            Damián desde un principio se dejó hacer, ese día, no tenía ánimos de oponer resistencia, sobornar o hastiar tanto a alguno de los guardias como para armar la suficiente discordia y así no asistir a esa aburrida consulta, pero, claro está que tenía sus razones, conversaría con el padre de su nuevo interés ¿Qué más entretenido que eso? Lo había visto antes, por supuesto. De lejos cuando su hora en el patio daba inicio, reunido con los otros pocos doctores que salían a fumar o sencillamente hacer uso de ese tiempo para evaluar más a fondo el comportamiento de sus pacientes sin estar en alguna consulta. 
            
            Hiroshi era muy poco conversador, mayormente a él se le acercaban para intentar entablar una que correspondía a duras penas y en la mínima oportunidad que viese, conseguía la forma de alejarse. Gracias a ellos reconocía que era un solitario, correcto y analista, un total hipócrita si se lo preguntaban a Damián. Quizá... Podría no catalogarse como egocéntrico o clasista, pero el contacto ajeno no parecía agradarle y solía visualizar a todos con ese toque en sus ojos que gritaban silenciosamente: "Podrían hacerlo mejor que eso."
            
            ¿Cómo tratará a Asahi? ¿Con la misma coraza que cargaba como disfraz? Reía libremente al pensar que hiroshI no era más que un hombre que deseaba demostrar más de lo que era, los guardias en el camino lo miraban de reojo, alertas, y desde luego poco caso les hizo.
            
            Entonces allí, se arrepintió, debió haberse quedado en su habitación. Aquel imperturbable figura grandota creyéndose en escaner andante solo estaban aburriendolo igual que los otros. Ahora era un hecho, Asahi no heredó nada suyo.
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w-wbcadenas

Una orden. El tono grave y firmeza, una simple mirada al falso carmín del joven, era obvio que no dejaba lugar a que pudiera pensar se trataba de una invitación amistosa. Claro, si todavía tiene suficiente lucidez como parece.
            
            —Buenos días, soy el doctor Hiroshi Shireru, psiquiatra del bloque tres de este centro —inició con la misma tonalidad meticulosa, mientras dejaba el expediente sobre el escritorio, frente suyo. —Damián Lacrontte, ese es su nombre, ¿correcto? Varón, 27 años, inculpado por… —dejó al silencio mezclarse entre ellos al leer para sí mismo lo escrito en el expediente penal. No denotó sorpresa o extrañeza alguna, solo dejó lado para volver a enfocarse en su paciente. Lo único que se le seguía haciendo extraño es que, a pesar de haber puesto antes que Lacrontte fuese trasladado al bloque tres, no había funcionado. —Sabemos que está catalogado a pertenecer al bloque dos; que tenga una sesión conmigo no cambia eso, por ahora. Supongo que no debe tener ninguna objeción —y una vez más sus violetas se posaron sobre el carmín, no como pregunta, más como una advertencia a abrir la boca—. Correcto. Lo que veo es una evaluación constante por parte de un psiquiatra con usted, una que incluso rechaza las opiniones de otros colegas. No obstante, lo importante es un tema en particular, ¿tiene algún inconveniente con su medicación? En solo está semana ha rechazado cinco veces las dosis que le deben ser administradas.
            
            Su mirada no se apartó de Lacrontte, más que desinterés, un análisis constante a cada mínima acción de este. Sus razones tiene.
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flxwerdesire

asahi ㅤ⋮ㅤ Lacrontte era el número tres en su amplia lista de esa mañana; sin embargo, se tomó la libertad de dejarlo hasta el final.
          
          ¿Un interno demasiado complicado de atender en el bloque dos? Uhm, en parte y al mismo tiempo, no lo era. Quizá, de alguna forma quería tomarse su tiempo sin cargar con la idea de dejar a otros de lado. ¡Además! No era tan extraño cuando varios dejaron registro en todo el historial clínico de Damián, esa poca colaboración suya con recibir los medicamentos ya era de por sí un problema a pesar de su, aparente, buen comportamiento comparado con otros menos lúcidos. Aunque, no debería ser tan difícil, así sea forzandolo como a otros. Después de todo, probablemente no sería el paciente más problemático de su larga mañana.
          
          Tener que usar a los guardias por un ataque psicótico. Tomar notación de alguien que parecía más inconsciente tampoco era muy esperanzador. Unos que aceptaban fácil la revisión. Otros inquietos hasta con la simple luz de la linterna.
          
          Y, encima, todavía continuaba con el corazón agitado luego de mandar a uno a la enfermería tras encontrarlo con lesiones autoinflingidas. Fue poco. Muy poco. Poco. Quería creer. Pero a pesar de embriagarse con el aroma del alcohol, todavía no podía quitar de lo hondo de su nariz la metálica fragancia de ese carmín. Seco. Fresco.
          
          No, no. Debía dejar de pensar en eso.
          
          Aunque a su horario no ayudaba el haberse desmayado a mitad de sus tareas, era una suerte que no haya ocurrido a mitad de su atención a algún interno. Ni siquiera podía frotarse los ojos sin arruinar el maquillaje puesto por su hermana.
          
          Asahi respiró hondo mientras el sonido de las llaves quitaban el seguro de la entrada reforzada. El cerrojo abierto. Murmuró algo al guardia, una pequeña petición, quizá riesgosa. Y solo se adentró a la celda del último paciente en su lista.

smafia__damian

Entonces, bramó,—¡Te esperé por horas! —no fue un grito lleno de una autoridad que, claramente poseía por ser "privilegiado" allí, fué más bien una súplica silenciosa. Se volvió a él con una expresión decepcionante, solo para escanearlo de abajo a arriba con la misma y alejarse como si su sola presencia le quemara.
            
            A pasos pesados se dirigió a la puerta de lo que era su "hogar" y aún dándole la espalda, se cruzó de brazos, hablándole a nadie en específico, exigiendo. —Quiero a Duke.
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smafia__damian

@flxwerdesire  
            
            Nada, ni una sola palabra, una gesticulación o el indicio de haber hecho, al menos, un solo movimiento desde antes que su "gratificante" visitante entrara. Nada.
            
            Estaba enfadado.
            
            Sus carmínes se dirigieron en un barrido silencioso hacia aquella presencia profundamente nerviosa que ostentaba con mantener calma, profesionalismo y sobre todo envolverlo cual niño feliz por haber recibido un dulce como recompensa. En Lacrontte, no era usual verlo molesto, solo cuando, en algunas ocasiones se atrevían a siquiera intentar hacerlo consumir medicinas engañosas; más daño, eso era lo que buscaban causarle. Poca lucidez, eso era lo que su padre esperaba que alli le proporcionaban a alguien como él.
            
            Solo por un error.
            
            Aunque, con el tiempo en ese loquero, empezaba a creer que quizá no se trataba de un error. Y no quería creer en eso.
            
            Por un momento, de soslayo visualizó la imagen de su madre sonriendo solo para él, ese tono de voz... Tratando que comiera cualquier cosa que no se tratara de chocolate, convenciéndolo de probar un suero más acordé a cada comida solo para luego recompensarlo con ello cuando aceptaba sus pedidos. Un golpe ¿Ah? Un golpe de realidad fue lo que se dió cuando visualizó aquel uniforme blanco y la madera donde solía recostar la hoja para escribir las novedades de los demás prisioneros, claro, un paciente más. Eso era para él.
            
            —Pude haberte enseñado a aquel guardia que se llevaron en un muy mal estado... Pobre de él, por cierto. Me lo quitaron antes de que terminara, de otro modo, pude haberlo envuelto para ti con gusto. —Habló por primera vez en todos esos minutos pasados en silencio, no con dureza, pero sí con una tranquilidad imperturbable, como si se refiriera un obsequio que salió mal. Sabía muy bien, que su "amigo" no se llevaba muy bien con la sangre. ¿El color quizá? ¿Es por eso? ¿Sus lentillas le recuerdan al líquido y de allí la razón por la que viniese tan tarde?
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flxwerdesire

—Damián~. ¡Buenos días! ¿O ya es un poco tarde para ti? —preguntó al aire, soltando unas pequeñas risas mientras sus pasos avanzaban sin cautela hacia él. Sus azules observando los alrededores sin aparente curiosidad, no era la primera vez que estaba ahí, pero era ya un protocolo internalizado: revisar que todo estuviera en orden, sin nada que pudiera ocasionar problemas. —¿Qué tal amaneciste hoy? ¿Dormiste lo suficiente? Desde aquí se ve que tu cama es más cómoda que la de otros, ¡incluso mucho más que la de nosotros! Uhm, eso suena taaan injusto —una muequita en sus labios fue suficiente para aparentar decepción, pues pronto su mirada cambió para posarse en el carmín de Lacrontte, bajando mientras desde su posición examinaba su estado, anotando mentalmente lo que lograba ver por ahora antes de acercarse por completo—. Debes querer que esto acabe rápido para que puedas ir al patio a jugar con todos tus amiguitos —habló, sonriente, como si con un niño tratase—. No te habrás peleado con nadie ayer, ¿verdad? ¿Hay algo que me debas enseñar antes de que empecemos?
            
            Una herida, un golpe, que no haya tomado los medicamentos que le dieron la noche anterior, cualquier otra opción. Asahi esperó, tomándose la libertad de acomodar con sus dedos unos mechones oscuros que no parecían peinados correctamente. Todavía no sacaba ningún instrumento para la revisión de ese día.
            
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flxwerdesire

yuuhi ㅤ⋮ㅤ Y ahí estaba: Posición recta; sus manos tratando de permanecer quietas, pero cayendo en el impulso de jugar con el brazalete plateado colgando en su muñeca. La mirada de Yuuhi viajaba entre todos los objetos del consultorio que le eran todavía desconocidos y, muy probablemente, indescifrables. Carpetas, estantes, el título de estudios, hojas de expedientes o exámenes, bolígrafos y tantas cosas más que ya no lograba prestarle la suficiente atención. ¡Por supuesto! Todo parecía mucho más interesante que la bolsa de plástico oscura, reflejando su contenido con letras doradas; un tanto ostentosa para dar a notar lo que pudo haber costado, al menos un tanto más de lo normal.
          
          Yuuhi evitaba verla, como si no fuera suya.
          
          Como si no hubiera sido atrapada con ella en sus manos en lugar de cumplir con su trabajo.
          
          —¡Du- Duke ya te dije que eso no es mío! Es decir… Dr. Duke, eso… No pensaba hacer nada raro con esos chocolates —un mechón de cabello suelto llevaba tras su oreja, tratando de ser convincente, pero el pequeño sudor frío la delataba. Las múltiples clases de actuación seguían sin florecer en ella, ni siquiera ahora que realmente las necesitaba para salir de este pequeñísimo problema. Aunque, no entendía qué de malo puede tener estar con una bolsa de chocolates por ese pasillo. Duke la había encontrado ahí, en el pasillo, ¡sin trabajar!, ¡eso sí! Pero era imposible que sepa de sus intenciones por tener como objetivo la celda de un paciente. —Sé que me corresponde atender hoy a los internos del bloque tres, ¡pero no los estoy descuidando! —una mentira completa no era, no los descuidaba a pesar de ser ella quien no los este atendiendo.

smafia__damian

Le tenía gran aprecio a Yuuhi, ¿Era eso o solo le caía mejor a comparación de otros? Nunca había llegado a dar problemas más que si torpeza, obediente podría describirse. Tranquila y trabajadora, a simple vista no poseia ningún defecto, incluso algunos pacientes habían llegado a desarrollar un vínculo donde solo su presencia les generaba calma. A excepción de querer... Ser lo más parecida a su hermano posible.
            
            Y eso, a Duke, no le favorecía en nada.
            
            —Yuri... —Esta vez, aquel apodo decidió escapar de sus labios. Una forma de endulzarla, guiarla a decir una "verdad" que él creía probable. —¿Fué Asahi quien te los dió?
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smafia__damian

@flxwerdesire  
            
            —Tu trabajo, enfermera Yuuhi, consta de tratar a los pacientes y sus diferentes patologías. —Musitó, pareciendo más serio de lo que incluso podría llegar a parecerlo con ella, o alguien más. Duke solo era una presencia tranquila, nada en realidad podía llegar irritarlo a tal punto, nada, a excepción de que alguien se acercara a lo <suyo>. A yuuhi, siquiera está vez le había hablado con el característico apodo que solía decirle. Sería mejor pensar que Duke era excepcional captando todo con una afiliada impresionante debido a su "inteligencia"... A creer que sea solo por posesividad.
            
            Tomó la bolsita cuyo contenido podría valer más que el sueldo de un año entero de trabajo allí, dichos chocolates de una marca extraña ocultos bajo una bolsa casi rota; un intento de hacerlo pasar desapercibido. Se preguntaba, cómo alguien como ella pudo haber obtenido tal dulce, eran exactamente los que, está vez, <él quería> y ni siquiera Tybur pudo conseguir a tiempo.
            
            —No premiar sus enfermedades ni malas actitudes con recompensas que aquí están totalmente prohibidas, incluso para sus familiares. —Su voz se había calmado un poco, volviendo casi a la de antes, sin embargo, el filo yacía allí, tanto la incredulidad de, aún sin verla, notar a la rubia altamente intranquila, jugando con sus dedos, sudando frío o tartamudeando vanas palabras que en vez de excusas solo podían ser traducidas como balbuceos.
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flxwerdesire

Ahora que pienso no me digan que en realidad los medicamentos los pone el apéndice y le anda haciendo algo al l0ko con esos o si lo hace el antenOr y también anda de acuerdo o kswownwowkwlwlls

smafia__damian

Acertado pensamiento en conclusióN
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smafia__damian

@flxwerdesire  
            
            Para el antenOr mejor si medican al lokO, tipo su objetivo era tenerlo lejOs y ya estÁ. Para el apéndice, mejor si es dependiente de él hfsjhdkshdkshdks
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flxwerdesire

infiel aquí nomás veo smaokdwosk ,, no dejen que el asaHi vea como anda el l0ko anda con la yuuhi porquE kswlskwowkwlw

smafia__damian

@flxwerdesire  
            
            Y le va a tomar con el lokO, díganle al asahi más bien que cuide lo suyO porque ya hasta su propia hermana anda cazandolO. Luego el asahi dizque muy Omega nananan ya se sabía la mentirA
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