Ven, toma mi mano. Yo te guiaré por la penumbra para acostarnos sobre una cama de gardenias dejándonos perfumar por su tentadora esencia.
Deseó que llegue el momento en el cual bajes la guardia para empezar a descubrir tu piel cremosa.
Me gustaría algún día no depender de ti; de tus suspiros, de tu esencia a naranja y sonrisa destellante. Quiero que pase la primavera como viento sobre tu rostro. Que el verano se lleve tus penas. El otoño se encargará de sonrojar tus mejillas y el invierno; ese seré yo. Para escucharte eternamente en nuestra mentira más grande llamada amor.
