
soIitud
mírate, onírico varón. entre mortales te aman: cantan alabanzas a la delicada curva de tus labios, la ondulación afable de tus hebras, ingenuos ante tus orígenes sobrenaturales. pesadilla vestida de encantador príncipe, ¿no añoras tu también por el goteo de la sangre en tus belfos?