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— se agachó con brevedad luego de separarse, sosteniendo sus muslos para alzarla en sus brazos, recostadose sobre el sofá con la fémina puesta sobre si, acariciando una de sus mejillas con una sonrisa sobre su rostro, queriendo percatarse de cada detalle de las facciones impropias luego de un tiempo sin verla.

— tan pronto como tuvo cercanía con la anatomía ajena, sostuvo su cintura entre sus manos, correspondiendo al ósculo brindado, proporcionando una nueva unión luego de oír sus palabras. — Te extrañé mucho más.

Claro que si.

Buenos días, muñeca mía.

Serán la próxima semana, ángel.

Si lo prefieres así, podríamos quedarnos aquí, cielo, no tengo problema con ello.

pensando seriamente en crearme un ig.