La rubia estaba despistada, arrugando papeles con dicha frustración de entregar un trabajo de robótica. Desvió su mirada hacia la niña y una sonrisa cálida se posó en sus labios. ═══•°•⚠️•
═══•°•⚠️•°•➢—Hola, pequeñita —se agachó para estar a su altura y volvió a sonreír, negó suavemente —, ¿Qué? No, no lo he visto por aquí, ¿es tu papá? Puedo ayudarte a encontrarlo si quieres. —Miró sus cachetes y sus ojos se enternecieron de inmediato —. Qué tierna eres, me puedes decir Sam y puedo ayudarte si me dejas.
Estiró su mano con una delicadeza muy medida para no herirla, su intención era simple: Un apretón de manos suave, para que la niña tomará confianza por su cuenta. ═══•°•⚠️•