Mi distinguida y querida lulu, corazón de mi inspiración, q alimenta mi ser con tremendas obras de arte, dignas de merecerse un estante bacante en un museo de arte. Hoy aqui ante ti me presento y con todo el respeto me atrevo a preguntarle ¿puedo yo? ¿Puedo yo con su debido permiso hacer de estas obras, libros? Libros q juro siempre tendran un estante especial en lo mas alto de mi librero.
Me podria usted conceder este privilegio?
—atte; fan de sus bellas obras