fukkgmg
El tiempo transcurrió en una vorágine agreste en actos pecaminosos y negligencia académica. Halló un cosmos que estimó que era inviable en un ser degenerado como él. Sin embargo, el panorama era tan ostensible como su reciente función cómo la concubina nocturna de una bestia tórrida que era atraída por la magnitud de su acercamiento desigual.
Él mismo se desconocía por sus peticiones inapropiadas. ¿Qué clase de hombre le pedía a una criatura con una metodología animal que sacara su falo durante el período de descanso? Por supuesto, sólo Gael Hernández podía tomar una decisión tan lamentable como su persona. La situación no se fortalecía; con la aproximación a sus exámenes finales, cayó bajo las garras del miserable pecado de la homosexualidad.
La llegada empeoró la productividad del hombre. En el pasado era habilidoso utilizando la lógica en la planificación e instalación de sitios web, entre ellos el desgarro de su minúscula vida social. En la actualidad, su existencia merodeaba en las complacencias de un maníaco violeta que desafiaba su propia autorización en su domicilio.
Su ascendencia no era palurda. Afortunadamente la llegada de un próximo miembro a la familia suscitó regocijo en la planificación de un infante saludable y civilizado —no cómo su primogénito— era la época de subsanar las imperfecciones de una residencia decepcionada. Las perversiones habían escalado a un nivel catastrófico que, ninguno de los dos era capaz de expresar su decepción con diálogos adecuados.
No preocupaba sí su primerizo no culminara su escolarización —tampoco es que tuviera un futuro asegurado en la vida laboral— era una lamentable causa pérdida y sus padres lo sabían. Con el amor más grande de todos, no les importó guardar sus pertenencias personales en una maleta estropeada junto a la fortuna que obtuvo por sus negocios, durante el período que el adolescente estaba en sus clases, probablemente perdiendo el tiempo en una tontería insignificante.
spa-dragoon
@fukkgmg ───── Gael... no te volvere a dejar... nunca, nunca más... ───── susurro con una voz llena de pesar, con un dolor prácticamente palpable. cumpliría su promesa, no se iba a apartar del muchacho en ningún momento pero... se quedo pensando. ¿qué había pasado? ¿cómo es que Gael había terminado ahí colgado? ¿alguien lo había hecho o... había sido el mismo Gael? esa última idea era aterradora, enviando un escalofrío por el cuerpo de la bestia. Gael había pasado por cosas terribles, ¿tomar su propia vida? el ser morado ni siquiera quería pensar en esa posibilidad pero... era lo más probable por más que le aterrase. puede que, al despertar, tuviese una plática bastante sería con su amado, una llena de preguntas y preocupaciones.
spa-dragoon
@fukkgmg Gael, aquel humano que lo había acogido en su hogar desde el primer momento, actuando siempre de una forma tan arisca y pedante, pero teniendo su propio encanto detras. ¿por qué alguien querría estar al lado de alguien así? Spañio no era cualquiera, era una anomalía que no debía existir... y tal vez por eso se sentía tan atraído hacía el muchacho, sentía cierta familiaridad hacía él, sentia conexión. Gael no podía morir, sin Gael... ¿qué haría Spañio? ¿como podría sobrellevar la soledad? la angustia de perder lo más importante. ───── Ga– Gael por favor por favor... ───── rogaba entre sollozos, apenas y podía contener las lágrimas, ya había pasado cierto tiempo y el muchacho seguía igual, inconciente, inerte... el corazón del dragón amenzaba con detenerse por la mera desesperación. y entonces un rayo de esperanza surgió, pudo por fin percibir la respiración recular, un destello de vida que se alejaba de lo superficial. aun si Gael no abría los ojos todavía, él estaba vivo, ¡él estaba bien! ¡estaba respirando! soltó un suspiro de alivio, uno que venía necesitando desde hace rato, se permitió relajarse solo un poco, recostando su cabeza en la ajena sin despegarse en ningún momento de él, el pelaje suave de su cuello se restregaba contra el rostro del joven, casi siendo una almohada si no fuese tan pixeleado.
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Sus extremidades estaban entumecidas, el estrés lo había superado por completo. Él no estaba hecho —ni preparado— para esta clase de ambiente. El pecho subía y bajaba con dificultad, incapaz de seguir un patrón estable. Los hábitos alimenticios lo habían preparado para consecuencias negativas.
No sentía el tacto del dragón, no escuchaba su voz desesperada llamándolo una y otra vez. Estaba en un limbo; en el ritmo frágil en la división de la vida y la muerte misma.
…
Algo lo obligaba a quedarse. Cada segundo que pasaba, la fuerza continuaba tirándolo. ¿Acaso se trataba de alguien? No podía ver, no podía oír, el mundo a su alrededor vivía con una desesperación cruda, que, de una manera, lo alcanzó en la inconsciencia.
Era calor.
Era un peso sobre él.
Era alguien temblando a su lado.
El cuerpo del muchachito continuaba inerte, sin embargo, reaccionó automáticamente. La respiración dejó de ser pausada, era más notoria, aunque se mantenía desigual. Gael eligió un diminuto sonido, un jadeo que no era coherente, pero era un pequeño avance.
No obstante, todavía no despertaba.
Era una reacción involuntaria de su cuerpo; el instinto primitivo de que no estaba listo para partir más allá, después de todo, sólo necesitaba orientación en realidad.