así que sí, gracias por hacer más aguantable la vida de una niña de 11 años que solamente deseaba tener amigas (es neta, fue una petición que le hice a dios) y por aguantarla hasta cuando pasó por las etapas más penosas. ahora que me siento con los pies más sobre la tierra en cuestión de sentar cabeza solo me queda agradecerte porque no te cansaste de mí y porque aún quieres conservarme en tu vida.