Cuando no estaba cargado de trabajo, se tomaba un pequeño descanso en el abarrotado primer piso, esta vez observando los cuerpos que se retorcían y las luces intermitentes comunes del lugar. No obstante, pronto terminó por desviar su mirar cuando el otro miembros del staff se acercó, parpadeando con cansancio.
───── No, no, está bien. /dijo, haciendo un gesto con la mano para restarle importancia. Puedes dejarlos aquí. Me encargaré de ellos en breve.
Tras dejar escapar un suave suspiro se inclinó hacia adelante, quitando los papeles de las manos ajenas; podía sentir su peso, el enorme volumen de transacciones y cuentas que ahora exigían su atención. Apretando los dedos alrededor de los papeles mientras comenzaba a hojearlos, examinó las cifras y números con ojo crítico, pasando la página al final de la pila, y su mirada se posó en los recibos en cuestión. Bebidas, drogas, «entretenimiento»: los mismos vicios de siempre, disfrazados con nombres y cantidades diferentes.
Pronto los guardó en una bolsa de cuero gastada que había junto a su silla. Era un hábito, un reflejo nacido de innumerables noches dedicadas a refugiar documentos confidenciales lejos de miradas indiscretas y manos ávidas. Ahora hay de fresa y vainilla, elige el que te apetezca. /mientras acomodaba los papeles señaló la mesa adyacente, donde yacen pequeños y bonitos pasteles, del tamaño justo para terminar cada uno de dos mordidas.
@sstaff__lubomir ɞ