entonces venga para cubrir su anatomía con un manantial estrellado, rey de esplendorosa magnificencia. /rodeó la espalda baja del adverso apretujándolo con suavidad hasta forjar un abrazo, guiando las palmas de ambas manos alrededor de su espalda para brindarle algunas caricias, restregando la nariz en su amplio pecho con parsimonia al finalizar.