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GRASIAS BUNN M HACES MUY FELIZ, nose cmo me aguantas 

y yo para k quiero a otros si tengo a mi alfa q me trae lo q quiero /j 

jeje.... sí...

te los compraste tú???

ya puedes escuchar mis videos sin miedo

M ALEGRO BUNNSITA YA TE MERECÍAS ESOS AUDÍFONOS!!!

t tengo q mandar algo x disc bunn aguántame 

──── había olvidado lo sensible que eres.
            
            una pequeña risa salió de sí, pero el comentario estaba lejos de ser burlesco. su propio deseo se mezclaba con sus acciones haciendo que, distara de una consciencia completa de lo que decía o hacía. con mayor insistencia su mano se frotó contra la cubierta piel ajena, ansioso por sentirlo deshacerse en su toque. 

siempre había tenido un punto débil por los sentimientos tan líquidos de kirby, el cómo con tan sólo un toque o una palabra podía escurrirse entre lo más profundo de su alma, algo que había aborrecido en su momento ahora lo apreciaba con especial ahínco. las palabras sonaban dulces y quedaban suspendidas en el aire, cómo si no quisieran dejarlo vivir sin ellas por un sólo instante, agradeció que debido a la altura y la repentina timidez ajena este no pudiera apreciar el carmín que ahora, en su totalidad, se esparcía por su rostro. era difícil no avergonzarse cuando, en una situación así, él aún tenía la capacidad de brindarle tan cálido consuelo. 
            
            ──── no lo haré, no pienso cometer el mismo error dos veces. 
            
            ofreció, aún sabiendo que las acciones hablaban más que las palabras, había aprendido con el tiempo que decirlas no estaban de más, si eso hacía que a quién sostenía se sintiera validado ¿quién era caleb para negarle esa felicidad? exhaló, aire caliente que había estado conteniendo por quién sabe cuantos segundos antes de finalmente proseguir, la mano que antes se encontraba sobre la mejilla impropia se movió de tal forma que quedara reposando detrás de su cabeza, acariciando los mechones que estuvieran a su alcance al ritmo de los suspiros que emitía su dueño. 
            
            sus labios se fruncieron en un mohín casi involuntario, era increíble cómo podía ponerlo tímido por palabras dulces cuando prácticamente tenía sus yemas rozando la parte más íntima de sí. sus dedos se hundieron en el músculo, no era la primera vez que realizaban el mismo recorrido, pero siempre lo disfrutaba cómo si lo fuera. hipnotizado por saber que el receptor de sus caricias estaba igual de desesperado él se enfocó en apresurarse, sus dedos siendo reemplazados por la totalidad de su palma, palpando, sintiendo. 

como si el mayor no quisiera que el tierno rubor abandonase por mucho las mejillas de caden, se percibió arder nuevamente, y algo le decía que no lo dejaría de hacer pronto. la vergüenza inicial lo invade, llevándolo a esconder su faz en el pecho del otro y acallando suspiros débiles que amenazaban con abandonar sus labios, mientras que en aquella zona baja se formaba un bulto debajo de la tela de su pantalón blanco.

no tengo nada contra su falo ok

m había dormido y luego me llamaron para pasar mis apuntes

BTW SI PUEDES JUGAR HOY EN LA NOCHE ESTOY DISPONIBLE, aunq creo que mañana trabajas pero igual t aviso

cada respiración que tomaba no hacía más que hacerlo conciente de a donde estaba yendo el aire que expulsaba, se negaba a mirar abajo, a pesar de que sus labios ya habían hecho contacto con la tela humedeciendola, no quería ser espectador de lo que posiblemente haya evocado en el contrario. no podía negar lo cruelmente cómodo que era, lo perversamente tentador que resultaba ese contacto accidental. era como hundirse en un lecho prohibido, un espacio que no debía pertenecerle pero que ahora le ofrecía un respiro. y eso lo revolvía más que cualquier cosa: el placer nacido del error.
            
            ──── no me mires así. 
            
            masculló, sin alzar la cabeza, con la voz rota por la vergüenza y la rabia entrelazadas.
            
            su saliva había dejado huella en la tela ajena, brillante, indeleble, testigo de su propia derrota. y aunque lo odiaba, aunque deseaba arrancarse esa humillación de la piel, una parte de él se rehusaba a moverse. porque debajo de la vergüenza palpitaba algo más, algo tan primitivo como brutal, la pulsión de vida en ese instante, aunque fuese bajo la peor de las circunstancias.
            
            su cuerpo lo traicionaba. se restregaba apenas, como si la incomodidad lo obligara a buscar acomodo, pero en verdad era un impulso más vil, una necesidad inconsciente de absorber la frialdad que emanaba de kirby. esa frialdad lo calmaba, lo mantenía en equilibrio por un instante, al mismo tiempo que lo asfixiaba con el recordatorio de lo prohibido.
            
            la voz le tembló al intentar insistir, aunque ni él mismo se creyó su propia súplica.
            
            ──── pero si tanto insistes en ayudar. . . 
            
            su rostro dejó de resistirse, era casi adorable cómo podía ser tan sensible a diminutos toques que ni siquiera rozaban lo sexual con los dedos. sus labios rozaban con parsimonia, lentos al hablar la aún cubierta zona que arrancaba quejidos de su receptor. su diestra tomando la iniciativa de tocar experimentalmente el cierre de la prenda mencionada mientras su otra palma se encargaba de resistir su peso.

su ceño se frunció ¿quién era él para decidir era clase de cosas por el? si bien la sola idea de buscar alivio en algún tipo de casta superior lo hacia querer vomitar, el buscar alivio en kirby tampoco estaba entre sus soluciones ideales. más por la carga emocional que el representaba que por alguna ridícula cuestión biológica. verse tan descubierto de forma repentina empeoraba su condición, quería desaparecer y no dejarse ver nunca más por nadie, mucho menos por el dueño de tan dulce que voz que sonaba genuinamente preocupado.
            
            ────  sigues siendo tan patético aún cuándo tienes la ventaja ¿qué diferencia habría de dejarte quedarte? 
            
            las palabras ácidas sólo lo hicieron sonar aún mas desesperado. el calor en su rostro era insoportable, y no por la humedad que lo envolvía, sino por la furia contenida que le hervía bajo la piel. furia contra sí mismo, contra la debilidad que lo arrojó a esa posición indigna, contra el temblor que recorría sus dedos cada vez que se aferraban sin éxito a la tela helada del otro. quería pensar, quería ordenar sus ideas, pero lo único que escuchaba era el retumbar del silencio compartido, apenas quebrado por el jadeo irregular de sus propios pulmones y los debiles pero audibles sonidos emitidos por quién estaba apunto de caer al precipicio a manos de caleb.

─── no... yo... no puedo dejarte así. 
            
            niega con la cabeza, gesto más para sí mismo que para su contrario, en un esfuerzo por acallar inapropiados deseos que comenzaban a hacerse espacio en su mente, producto de sentimientos salvajes más allá de su control, un instinto animal al que estaban condenados. pero ahí había otro problema. 
            
            no quería que se apartase de ahí. 
            
            y se sentía tan... sucio. sucio por pensar en esa clase de cosas, que le daba vergüenza de su propia persona. solo atinó a cubrir su boca con su diestra, reprimiendo cualquier sonido que pudiese emitir a causa de la sensibilidad que pronto se apoderó de él, a la vez que un dulce aroma impregnaba el ambiente. 

¿Pasó algo? ¿Estás bien?

p-pq me dices eso

pq no estás dormida...
            *te duermo y te gusta*

ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤseparador !! (⁠ ⁠ꈍ⁠ᴗ⁠ꈍ⁠)