Sabía que esto era una mala idea, no debió haberle hecho esa broma, pero si se enteraba que se lo había dicho a todos menos a ella no sabía sí se enojaría con él por eso, aunque también si se le decía que es broma se iba a enojar ¿No?.
Akako era una persona incluso más impredecible que el cosas muy pequeñas podrían molestarla o darle infinitamente igual, el problema era que nunca sabía como se tomaría sus acciones.
Pero no se puede vivir con miedo para siempre. ¿Verdad?
El chocolate le trajo recuerdos sobre un viejo san Valentín cubierto de fuego, también conocido como el día en que se encontraron por primera vez, él sonríe, incluso sí ella es su enemiga algunas veces también es su amiga.
—No tuvimos nuestro aniversario de primer encuentro ¿Verdad? —Él dice con lamento, y recuerda vagamente porque, una poción de amor fue involucrada ese día. —Voy a tomar este chocolate como un regalo de eso.
Dicho eso, alza su mano derecha y chasquea los dedos, aparece una rosa roja y se la extiende a ella, con la otra toma el chocolate.
—Que más da. —Pronuncia luego de ver el chocolate por un rato. —¿No es más interesante la vida con un poco de emoción? —Aprecia un poco más el envoltorio antes de retirar una parte y darle una mordida.
Bueno, sí eso está maldito, confía en Aoko y Shinichi para salvarlo.
—Esta bueno. —Dice una vez que termina de pasárselo y luego lo señala.— ¿Y qué haré ahora? ¿Escupir fuego? ¿Diré la verdad? ¿Te jurare amor eterno? ¿O esto es simplemente delicioso?
