ah, eso… si preguntan, un mosquito me picoteo mucho. — río ligeramente, abrazándose con cuidado al cuerpo del más alto, en busca de algo de calor, mientras colocaba su mentón sobre la cabecita contraria. — tengo frío…
— frunció sus labios, con extrañeza y confusión ante las palabras del mayor, aún así se dejo hacer, acariciando con delicadeza y cariño sus cabellitos, peinando cada uno de ellos con sus dedos hasta acomodarlos correctamente. — ¿por qué, cielo?
¿En serio? …— cuestionó seguido de un lento suspiro al estar completamente descubierta, era consiente del color en su rostro, y ahora sobre sus pechos,
pero aquello no le importaba en ese momento, puesto que solo se dedicaba a disfrutar plenamente el placer que el mayor le estaba dando. —
Vanessa, mientras tú la das toda en lo que sea que estés haciendo, quiero que sepas que no ando flojeando, ando chambeando (intentando encontrar una chamba)