────¿sucede algo, buddy? ────preguntó alfred, dándose cuenta de la reacción de su perro. tuvo la intención de agacharse para acariciarle su lomo, pero antes de que siquiera pudiera darse el lujo de reaccionar, su golden retriever salió corriendo de la cocina, y sus ladridos empezaron a resonar por toda la extensión de su hogar. estos fueron proseguidos por unos toques en la puerta, los cuales le afirmaban que la razón de sus ansiedades había llegado. su perro nunca habría reaccionado de esa manera si fuera un extraño, y lituania jamás presionaba el timbre. siempre tocaba la puerta el mismo número de veces, con el mismo ritmo y la misma delicadeza. tragó saliva, y en su rostro se formó la sonrisa que siempre le mostraba a las demás personas, sólo que esta vez no estaba acompañada de su usual emoción. en esa ocasión no tenía ganas de correr a la puerta, pero tenía que apurarse. no sólo para no hacerlo esperar, sino porque stark iba a derribar la puerta de tanto que saltaba contra ella. vaya, no era el único que había extrañado al lituano. su mano, bastante sudorosa, le dio la vuelta al picaporte, y en cuanto hubo espacio suficiente, su perro salió con prisa y se lanzó sobre el tolys, dándole a entender con sus aullidos la falta que le había hecho. saltaba alto, buscando la atención de quien alguna vez también fue su dueño.
ante esa tierna vista, alfred no pudo evitar empezar a reírse con muchas ganas, ahora sí sonriendo de manera honesta, logrando relajarse un poco, y sintiendo que se transportaba a esos tiempos en los que él y el castaño eran una pareja. tuvieron momentos pésimos, pero eso no quitaba los buenos. sus mejillas se sonrojaron levemente gracias a sus carcajadas y sus recuerdos. sus manos se abrazaban a su abdomen, del dolor que le causaba reírse. incluso tuvo que enjugarse una lágrima.
────¡vaya que te han extrañado! ────exclamó, de una manera sorprendentemente natural, a la par que su mirada se posaba en el rostro del lituano. vaya que era guapo.