tailithuania__

Aquel último par de días, el castaño había estado ocupado con algunos trámites, pero estaba de vuelta, y además con una nueva acompañante. Rūta estaba con él, ayudándolo a tranquilizarse.
          
          Llegó a la casa del rubio, y abrió la puerta con las llaves, buscando a su ahora compañero de casa. Había decidido que era el momento de hablar, justo día de acción de gracias. Traía un termo lleno de té en su mano derecha y un par de bolsas en la mano izquierda, las cuales dejó sobre el mesón de la cocina.—¡Alfred, he llegado! ¿Podrías venir un momento?— Alzó un poco su voz para que fuera audible.

tailithuania__

— Buenos días, Alfred. Le traje un pequeño regalo desde lo profundo de mi cultura.— Estiró su brazo hacia él, entregándole una cajita llena de «grybukais», una especie de galleta con glaseado y chocolate, que asemejaba una seta, o champiñón. 

tailithuania__

@taiamerica__ 
            
            — Lo son, y su textura es una de las cosas que más me gustan.— Su cabeza se ladeó un poco al no haber entendido aquella referencia, tardó un poco en captarla.— ¿Por que tendrías una vida nueva? ¡Oh!— Recordó de pronto aquel juego con el que el rubio se entretenía de vez en cuando cuando eran pareja, y como no, intentó hacer lo posible por seguirle el chiste.— ¿Se puede ganar una vida nueva cuando tienes vidas infinitas?— el rubor se contagió en sus mejillas al escuchar esa frase. 
            
            “Recuerdo tus postres, so i know these will be amazing.”
            
            Fue sobretodo por el hecho de que adoraba que reconocieran sus dotes en la cocina, disfrutaba que este hábito que había aprendido de forma forzada diera frutos a su favor. Extendió su mano hacia el plato y tomó un par, llevándose uno a la boca, masticándolo. Todo esto con la misma delicadeza con la que hacía absolutamente todo, lo que le daba una elegancia sutil y bonita.
            
            # postres lituanos /carita sonrojada
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taiamerica__

@tailithuania__
            
            ────¡me lo imagino! se ven muy delicados... y fluffy ────rio con suavidad, realmente le parecía una forma muy curiosa para un postre. le recordaba bastante al power-up que utilizaba mario bros, y esa idea logró que sus ojos se iluminaran────. ¿ganaré una vida nueva si me los como? ────sostuvo el bowl en su mano derecha, y con la contraria tomó uno. eran tan suaves como lo imaginó, y de seguro estaban aún más deliciosos────. recuerdo tus postres, so i know these will be amazing ────un suave sonrojo se coloreó en sus cachetes, mientras empezaba a comer el dulce────. yeah take one.
            
            # jA
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tailithuania__

# ese expareja atacÓ
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tailithuania__

Había pasado muchísimo tiempo desde la última vez que se vieron. Aún mantenía el anillo de compromiso que le había entregado el estadounidense, pero no lo tenía colocado en el dedo, sino en un colgante alrededor de su cuello. 
          Recientemente había ocurrido una crisis en su país debido a las políticas, y muchos de sus ciudadanos tuvieron que migrar. Entre ellos, entraba él mismo, que por muy difícil que haya sido la decisión, terminó por aceptar que lo mejor sería volver a Estados Unidos y conseguir un trabajo. Y allí estaba, frente a la puerta de quien alguna vez había sido su pareja. Tomó aire, soltándolo en un suspiro algo nervioso, siendo escondido por la seriedad que ahora tenía la mayoría del tiempo. Cerró su puño y dio tres golpecitos en la puerta, esperando llamar la atención de quien fuera que estuviera en la casa.

tailithuania__

            Sus pensamientos se vieron interrumpidos por el abrirse de la puerta, y la mascota corriendo y abalanzándose contra su cuerpo. Por allá, en los tiempos anteriores, se hubiera caído hacia atrás, pero su resistencia había mejorado, y tan solo retrocedió un paso, empezando a llenar de caricias al perro que le daba la bienvenida con una inmensa felicidad. Su sonrisa se amplió un poco más, pues no negaría que se sentía bien volver a verlo, pero su gesto cambió a uno de sorpresa al escuchar las risas ajenas.  Llevó sus ojos verdes al rostro contrario, analizando cada gesto, todos y cada uno de ellos solo reían sin parar, mostrando una imagen cómica, que esperaba de él, pero no tan pronto como abriera la puerta. 
            
            
            — Eso parece. Realmente no pensaba que Stark me reconocería tan rápido.— Tuvo que confesar, sin saber que otra cosa decir.— Pero traje un regalo para él, si no es molestia entregárselo, claro.— No detuvo sus caricias y cosquillas que dejaba una y otra vez sobre el pelaje del animal. Quería hacerle saber de que no había sido el único que lo había extrañado, y que aquel sentimiento había sido mutuo. 
            
            No pensaba necesario tener que decir nada más. Ahora era más callado, después de todo. Reservado, un tipo que no deseaba causar conflicto alguno. De hecho, si pudiera, desearía poder pasar desapercibido. Pero en esta situación, él era el protagonista de esta película, la cual era también protagonizaba por Alfred, y se podría decir que Stark, ahora que estaba entre ambos.
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tailithuania__

@her0___ 
            
            Había escuchado los ladridos, dejándolo algo confundido. ¿Era acaso posible que Stark haya reconocido su aroma tan rápido? La puerta ni siquiera había sido abierta todavía, pero fue perfectamente audible los rápidos.. ¿ pasos ? del can hacia la puerta, que una vez llegado ahí, se escuchaba como soltaba aullidos y raspaba la puerta con sus patitas.
            
            Le fue imposible no sonreír con una sutileza increíble. Era una sonrisa tan pequeña que si no lo mirabas bien, probablemente pensarías que tan solo estaba sorprendido, o con un gesto neutral. Ahora eso era parte de él. Ya no estaba acostumbrado a sonreír, ahora que vivía solo y no hubiera nadie que lo hiciera alegrarse al punto de tener que sonreír para liberarse. Sin embargo, tampoco lloraba tanto como lo hacía antes. Recordaba aquella horrible época oscura en la que tan solo podía pensar en lo peor de cada aspecto de su vida, y lamentarse por ello, e incluso llegar a autolesionarse. De hecho, aún seguía teniendo esas cicatrices en los brazos, e incluso parte de sus piernas, pero jamás se volvería a atrever a hacer algo como eso. Recordaba que lo tóxico de su relación con el rubio lo hizo caer en alcoholismo, del que ahora también estaba limpio. Se había sanado de algunos males, pero esa relación aún tenía una mancha en su cerebro y en su corazón. Sí, había aprendido de esa experiencia, había crecido como persona, pero no había logrado olvidar sus sentimientos por el estadounidense. Ahora, no mencionaría eso, por que uno, lo avergonzaría muchísimo, y dos, no sabría si solo incomodaría al adverso. Por ahora lo mantendría en secreto.
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taiamerica__

────¿sucede algo, buddy? ────preguntó alfred, dándose cuenta de la reacción de su perro. tuvo la intención de agacharse para acariciarle su lomo, pero antes de que siquiera pudiera darse el lujo de reaccionar, su golden retriever salió corriendo de la cocina, y sus ladridos empezaron a resonar por toda la extensión de su hogar. estos fueron proseguidos por unos toques en la puerta, los cuales le afirmaban que la razón de sus ansiedades había llegado. su perro nunca habría reaccionado de esa manera si fuera un extraño, y lituania jamás presionaba el timbre. siempre tocaba la puerta el mismo número de veces, con el mismo ritmo y la misma delicadeza. tragó saliva, y en su rostro se formó la sonrisa que siempre le mostraba a las demás personas, sólo que esta vez no estaba acompañada de su usual emoción. en esa ocasión no tenía ganas de correr a la puerta, pero tenía que apurarse. no sólo para no hacerlo esperar, sino porque stark iba a derribar la puerta de tanto que saltaba contra ella. vaya, no era el único que había extrañado al lituano. su mano, bastante sudorosa, le dio la vuelta al picaporte, y en cuanto hubo espacio suficiente, su perro salió con prisa y se lanzó sobre el tolys, dándole a entender con sus aullidos la falta que le había hecho. saltaba alto, buscando la atención de quien alguna vez también fue su dueño. 
            
            ante esa tierna vista, alfred no pudo evitar empezar a reírse con muchas ganas, ahora sí sonriendo de manera honesta, logrando relajarse un poco, y sintiendo que se transportaba a esos tiempos en los que él y el castaño eran una pareja. tuvieron momentos pésimos, pero eso no quitaba los buenos. sus mejillas se sonrojaron levemente gracias a sus carcajadas y sus recuerdos. sus manos se abrazaban a su abdomen, del dolor que le causaba reírse. incluso tuvo que enjugarse una lágrima.
            
            ────¡vaya que te han extrañado! ────exclamó, de una manera sorprendentemente natural, a la par que su mirada se posaba en el rostro del lituano. vaya que era guapo. 
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