Tantos siglos con vida le había enseñado muchísimas cosas, cómo controlar su divinidad, conocer a los humanos, su labor en aquel plano, sin embargo nada se comparaba con ese nuevo sentimiento que la invadía completamente; "amor" aquel cual estudió tanto para ayudar a los mortales, el cual siempre brindó y procuró proteger, ahora le tocaba a ella sentir, era tan extraño y familiar aquella sensación que le parecía un poco abrumador, pero aquel rubio de brillante sonrisa solo hacía que la pequeña diosa se sintiera protegida. En aquel árbol, sentados en las raices mientras observaban el sol ocultándose, ambos dioses observaban el paisaje. ━━━━ Xan, ¿que fue lo que te enamoró de mi? ━━━━ preguntó la rubia, sus ojos celestes dirigiéndose a su novio con suma curiosidad.