ㅤㅤ ㅤۚٝㅤ ⠀꯭▇⃝͜ ࣭/ੈ ⎯⎯⎯꯭ㅤٴ̮͜ /no había ninguna razón tangible para acercarse al otro, y sin embargo, una necesidad silenciosa y persistente lo empujaba a hacerlo, como un hambre invisible que consume desde dentro cuando uno no se permite saciarla. era un sentimiento que mordía, que carcomía, que se hacía notar con cada pensamiento, y así era con él: lo extrañaba de una manera que dolía y que al mismo tiempo lo arrastraba, sin remedio, hacia su presencia. no eran pareja, o eso se decía a sí mismo; apenas eran conocidos, con una cercanía que oscilaba entre lo familiar y lo incierto, una línea borrosa que, levemente, podía llamarse otra cosa si uno se atreviera a leer entre los gestos, los silencios y las pausas que compartían. y lo entendía. al menos creía entenderlo.
no sabía si la religión del otro se lo permitiría, si siquiera habría cabida para aceptar o corresponder un sentimiento que podía consumirlo en la penumbra, que podía devorarlo lentamente desde dentro. tal vez para él existiera un único dios, un altar intangible al que solo podía acercarse en soledad, y tal vez nunca le fuera dado ocupar un lugar a su lado. y aun así, valía la pena intentarlo. valía la pena dejar que la esperanza se mezclara con el temor, aunque solo fuera un instante, aunque solo fuera un gesto mínimo, aunque solo fuera por demostrar que, en la distancia, también podía existir un roce de conexión.
sus manos temblaban apenas, pero sostenían con firmeza la pequeña carta, escrita con cuidado y con letras que reflejaban una atención casi reverente. la colocó cerca de las pocas cosas que conocía del pecador, como si aquel contacto mínimo pudiera transmitir algo de lo que no se atrevía a decir en voz alta, como si las palabras sobre el papel pudieran llegar donde su cuerpo no podía.