loverbylone
¿dónde estás?
loverbylone
parece que estuviese prófugo del mundo entero, ¿podré resguardarme en tus espacios, do-do?
loverbylone
tienes dos segundos para adivinar quién soy o desapareceré con una bomba de humo, tal cual ninja.
loverbylone
cumpliré mis próximos deseos al compartir un lúgubre anochecer, bebamos cocoa y hablemos de las trivialidades que enfrascan al ser. ¿estrecharemos diversiones horneando por medio día o es preferible holgazanear mientras devoramos los azúcares?
romantelic
¿señorita de las nieves?
romantelic
soltémonos al universo metafísico, seamos partículas de inexistencia «inercia cognitiva de gravedades en plumaje». entrelazándonos al oráculo perenne, convirtiéndonos y atesorándonos, expandiéndose al coexistir. como micrófonos estelares, una paloma que sostiene en su aleteo el mensaje destinado para el otro suspiro de cansancio. sin alejos.
romantelic
temo expresarme inapropiadamente, tal vez con vocabularios inconclusos y deshueses del corazón. es interminable e inalcanzable el bullicioso taladrar de mi jaqueca, nuevamente con el pellizco del razonamiento en definitiva «nostálgica luna».
romantelic
acépteme una vez más en el acorde de su ser, concédame un par de crayones pisoteados «para mortificar» los pintarrajees ordenados.
romantelic
mí querido mirabel nevado.
romantelic
espacio dedicado a mi honestidad. cae el amanecer y mis palabras no despiertan a la par, el diccionario de mi corazón se perdió en la dolida marea. discúlpeme, hoy no me siento yo, tampoco plasmo mis vocablos como desearía. mismísima frustración.
romantelic
extrañamente deseo su presencia, dulce mirabel.
romantelic
mientras los segunderos danzan, anhelo mostrarle un celestinaje compositor. fue la decimotercera pieza que logré en tiempos de novenos primaverales, cuando mis cabellos rizados se mecían al compás de los columpios corales. esplendideces de virtud, no se imagina cuán alegre regocijaba al acostarme en medio campo. conservo las arrugadas notas, mi nombradía es desorganización. el porte de tutor no encaja, educar a camile con ésta sinfonía fue una caída. demoramos ocho soles.
romantelic
prometo que será mi último párrafo. no pasé de largo aquella canción de doja cat, ¿recuerda que la mencionó? es probable que uno de mis géneros musicales no le agrade del todo, pero no pierdo absolutamente nada con presentarle una de mis bandas favoritas.
romantelic
damisela mirabel, ¿encontró cúspide bajo los murmurantes pliegos del espíritu zafiro? presénteme un sobre de papiro, suelto consuelo en vocablos de tropel.
romantelic
créame que exportar conocimientos en búsqueda de alimentar neurologías es un reflejo rebotar. la enseñanza no es simple dictadura y disciplina, es liberación, dejar volarse sin vigilancia. sin retenciones, más sin embargo, perder el rumbo no siempre es necesario. camile, mi alumno, es mi consumidor de productividad. disculpe la ausencia, trataba de desagrupar notas con ilusiones por entendimientos.
romantelic
podemos ser nosotros mismos al acomodarnos los auriculares, con insistencia por silenciar el mundo exterior. la música es racionamiento, pero a veces es tan complicada, abstracción inconfundible.
romantelic
abriré signos de interrogación, ¿usted deshace la belleza de un instrumental?, ¿prefiere percibirse como oyente?
romantelic
discúlpeme, señorita nevada, mis redacciones carecen de fluido expresionismo. he roturado mis existenciales con el barajeo de mis cartas, les pregunté sobre una situación en específico y créame que lamentable, cabe recalcar, la respuesta fue una cruda realidad de mi moribundo presente. las lecturas no mienten en respectivos casos, pero permanece ésa dudosa espinilla que voltea mis pensamientos y me provoca la sentencia del insomnio. no es recomendable descifrar su futuro en medios horarios nocturnos, morfeo se negará a permitirme la alegría del descanso.
romantelic
abriré comillas o rosáceos paréntesis para mencionar, en flores palpables «que he sentido una oleada de ternura con su comentar». acérqueme su corazón, lo protegeré con cuerpo y espada para revertir todo lamento. no se preocupe más por varones o doncellas que titubean bajo su brazo, construiremos murallas para que las lágrimas no avecinen sus perlados avellanados.
romantelic
un emblemático racimo de millonésimos tapices, púrpuras engranajes de romanticismos caseros. de aprecios hogareños. las ceremonias de apertura son frecuencias anticuadas, ¿tendremos que ceder al rebusco incisivo? láncenme sus ideales, he de gritarle al céfiro fluvial. alcánceme los viajes, porque de un dos por tres en pasillos de relámpago llegaré a su merecer. lanzaré sobre guillotina mi querer, como un pájaro encadenado he de volver y cantaré una y otra vez «lo atrapé». soy fanático de las libélulas calladas, pero prefiero rosetas bohemias y harinas de almendra. almendrasen los cabellos, pero los luceros de escarlata mantenerlos lejos «sufrí en infancia de guerrillas con betabeles» un escenario infernal para mí intolerancias vegetal, es irónico en medio adulterio, las calabazas anaranjadas y las espinacas frescas son mi festín. un golpe seco para mi niño interno, ciertamente.
romantelic
insistiré por primera vez, no causa y tampoco causará molestias en mi ser. es libre de escribirme cuántas veces desee.
romantelic
detengamos nuestro viaje, nevada, he leído directivo que su latente corazón necesita un cuidador. ¿problemáticas de amor o simples dolores sin razón? explíqueme o permítame distraerla de las penas, recuerde que a pesar de ser grisáceo, mi alma es como un garabato de color.
romantelic
pregúnteme porque no entiendo mi secuencia de verduras. hablábamos de combates reposteros, pero terminé siendo un aleteo amante de las comidas y platillos naturales. cúlpeme de sus dudas, a veces conversó sin final y las sobras no se presentan nunca más.
romantelic
exilio totalitario, una guerra portentosa entre los candelabros arácnidos y el césped marchito de mi contemporaneidad. el artista que compone geometría, ¿comprende sus obras calculables? como un serafín domiciliario, mi respuesta será permanente negativa. el arte es complejidad, señorita nevada, somos seremos mortales en el medio de un cosmos que arrestan los ojos metafóricos. puede que tengamos almas viejas, pero seguimos incomprendidos al toparnos con un pastel descolocado. teóricamente, nuestra posición emocional es la torta en tonalidad y la lógica es el humano que camina por detrás. ¿atrae o ahuyenta?, ¿teme o prefiere? sus palabras deben ser como ése postre, tímido pero desbordante de audacia. la temeridad déjesela al funesto ser, no se embarque en un viaje donde decida callar y masticar sus versos. abrácelos como nosotros nos abrazáremos, con confianza y admiración. caminemos hasta la azotea, contemos nuestras penas y tratemos de conseguir una gota parecida. mojémonos para después arrepentirnos y auxiliémosle al cielo, pobre nube en soledad.
romantelic
lamento asfixiarla con demasiadas expresiones, el aburrimiento me vuelve más parlante de lo normal. como una disculpa, permítame compartirle mi última conexión musical «ésa» pieza que no me deja seguir viviendo sin tararear la letra. ¿tiene géneros en preferencia?
romantelic
abusaré de nuestra circunferencia social, para decir sin tapujo alguno que juguemos con la gastronomía. no soy buen amigo de la sartén, sigo practicando y me sorprende en demasía todos los años que he sobrevivido al abandono familiar llamado «independización». hace meses no delirio con la dulzura de un cupcake, ¿la receta es tan difícil de memorizar? recuerdo, mí nevada, que un día acompañé a mi hermana con el horneado de galletas. mis pequeñas parecían, ni siquiera parecían, simplemente existían. sabían horribles, no le recomiendo mis dotes culinarios.
romantelic
¿qué pensaría si redacto en afirmación, añoro probar el té y el café en la misma zona? somos jóvenes, jóvenes con ideas un poco inusuales. ríase de mí cuando prefiera evitar la combinación anteriormente mencionada, como decía mi abuela materna «llénate de sabor, para que en unos años entiendas la preciosa magia del mundo. no tengas miedo, hazlo».