“el pequeño pueblo se encontraba devastado; escombros por todos lados, de estos, salían las manos y restos de la gente. estatuas de ceniza aparecían por todo el pueblo; niños, mujeres, mascotas y hombres eran los que se encontraban tallados en dichas estatuas, todas queriendo huir, pero sin éxito. El causante de tanta destrucción y muerte posaba ahí, gigante y horroroso, con su cola destrozando torpemente los escombros restantes. El monstruo suelta un rugido, un grito, un llanto de dolor y sufrimiento, el grito resuena por todo el desolado pueblo, siendo escuchado por los cadáveres de la gente; la cual vivía en lo que alguna vez fue, un pueblo hermoso, lleno de vida y felicidad, ahora hecho cenizas y llena de muerte y desolación, Con el único atisbo de vida siendo aquel monstruo salido de pesadillas. A lo lejos se podía escuchar un avión, de este sale una bomba la cual cae directamente en el monstruo, generando una explosión cegadora, la cual destrozó lo que quedaba del pueblo y todo lo que se encontraba alrededor. El hongo de la explosión cubrió todo el aire, el avión que tiró la bomba apenas y pudo salir ileso de la explosión. Pero del hongo salió otro grito, aun mas desgarrador que el anterior. Del humo de la explosión se puede ver la silueta del monstruo, ahora más grande de lo que era; pero de este salió un destello, y para sorpresa del piloto del avión, un rayo azul cegador se dirigía rápidamente hacia él, destrozando el avión sin problema alguno. Ese monstruo… es lo que nos merecemos. Jugamos a ser dios, creamos armas que podrían borrar la vida de un solo parpadeo y nuestra búsqueda de poder terminó generando esta monstruosidad. Lo que en un inicio fue una solución fácil para la guerra, generó que Dios encarnará para castigarnos... el mundo ya no será lo que alguna vez fue, creamos a la verdadera muerte, al destructor de mundos. Dios nos tenga piedad a todos… y que todo el mundo se arrodille ante su encarnacion… GOJIRA.”