Retomando la temática anterior, no existe un límite en la cantidad de individuos pensantes que satisfacen su habla utilizando mecanismos sofisticados en el léxico regular de su idioma, dando como resultado un código jocoso de una estética atractiva, que, deleitando a los espectadores; resalta su brillantez... Aunque por dentro de su misma mente, ésta se encuentre vacía.