Viajando iba el niño del ayer. Con sus pisadas tintadas de anhelos, y su corazón manchado en cenizas. Viajando iba él, hacia lo oscuro de la luna, sosteniendo el arma de su victoria. Viajando iba el niño del ayer, enviado a morir.
Algo me dijo que quizá aún estés por aquí. Flotando entre nubes de agua y calles de adoquín. Volando entre mi dolor y tu ausencia. Rozando a este universo con tu esencia. Flotando invisible tu alma fantasmal. Observando mis lágrimas caer al suspirar. Tu volando en la ausencia y yo en tu recuerdo. Notando que en este mundo ya no hay razón para estar cuerdo.