Le sonreí coquetamente viéndola a los ojos sin más empecé a darle lengüetazos a su hermoso pubis, poco a poco empecé a hundirme más, y empecé a succionar su clitoris. Sus gritos eran cantos para mis oídos.
Le sonreí coquetamente viéndola a los ojos sin más empecé a darle lengüetazos a su hermoso pubis, poco a poco empecé a hundirme más, y empecé a succionar su clitoris. Sus gritos eran cantos para mis oídos.